Agenda Cultural UdeA - Año 2008 NOVIEMBRE | Page 22

ISBN 0124-0854
N º 149 Noviembre 2008
La primera condición para la realización de un duelo colectivo es que exista una mediana disposición de las víctimas , los victimarios y los testigos a hablar y de la sociedad mayor , nacional e internacional a escuchar y a aceptar como verosímil aquello que escucha ; se trata pues de abrirle espacios a la palabra de los diversos actores involucrados , directa o indirectamente , en el drama del conflicto ; o , en otras palabras , se busca con esto romper la conjura del silencio 6 , ese círculo que empieza a cerrarse sobre sí mismo cuando las víctimas temen hablar sobre su situación , cuando son sometidas al silencio por amenazas , o cuando prefieren callar y olvidar para poder seguir viviendo ; la contrapartida del silencio de las víctimas es la indiferencia de la mayoría que cierra el círculo de la conjura del silencio ; los miembros de la sociedad mayor no quieren saber y prefieren ignorar lo que está sucediendo , o se niegan a creer lo que dicen las víctimas y lo interpretan como exageraciones o como estrategias interesadas para conseguir algo , para desprestigiar al gobierno de turno o para encubrir algún delito anterior que habría hecho merecedora a la víctima de lo que le ocurrió ; ese “ algo debía ”, tan frecuente entre nosotros , es la manera más socorrida para justificar la ocurrencia de los actos de violencia y barbarie . Los miedos recíprocos , a hablar y a saber , y las estrategias de terror
de los victimarios para impedir que sus delitos sean conocidos , cierra el círculo de la impunidad y da lugar a la conjura del silencio y el olvido , donde todos los actores directos e indirectos , por diferentes y contradictorias razones , terminan identificados en torno a la condena de la palabra y al propósito del olvido . Otro argumento muy socorrido para mantener la conjura del silencio y el olvido es el de la preservación de la frágil paz resultante de los acuerdos y de los procesos de desmovilización ; se afirma , con buenos propósitos a veces , que para conseguir la paz , cualquier sacrificio es válido incluso el de la justicia ; que las posguerras son períodos inestables de ajuste y recomposición ; de allí que no resulte pertinente reabrir las heridas , alimentar los odios y los rencores , volver la mirada a un pasado trágico y doloroso , y que es preferible dejar el pasado en el olvido y reiniciar la vida de los pueblos en un clima de reconciliación y de perdón ; se argumenta que recordar es peligroso , que la memoria es frágil y engañosa y ponerla en público puede tener efectos contrarios a los buscados : desatar espirales de venganza y odios que harían naufragar en poco tiempo los propósitos de reconciliación , y que los perdones judiciales deberían ser algo así como un imperativo moral de obligatorio cumplimiento para la sociedad en conjunto . Sin embargo , las heridas morales de las víctimas siguen allí , dolorosas , angustiantes