Agenda Cultural UdeA - Año 2008 MAYO | Page 6

ISBN 0124-0854
N º 143 Mayo 2008

El padre

Raymond Carver
Quizás en ningún otro ámbito resulte tan ambiguo el término “ estilo minimalista ” como en la literatura . De ahí que el calificativo sea aplicado con cierta amplitud a distintos autores , evidentemente cultores de la brevedad , pero , en buena parte de los casos , enérgicos opositores a admitir tal epíteto para su obra . El caso del escritor norteamericano Raymond Carver es significativo en ese sentido : la crítica lo señala como indudable exponente del estilo en el manejo del lenguaje , en la concatenación de las acciones , en los trazos telegráficos de sus personajes , no por ello menos inolvidables , pero Carver se defendió cuanto pudo de tal remoquete . Y no sólo la opinión de la crítica versus el rechazo del autor a reconocerse de un movimiento o escuela particulares han afianzado la ambigüedad al respecto ; a ello hay que añadir los últimos hallazgos sobre el exhaustivo trabajo de edición del editor de Carver , Gordon Lish , un trabajo demoledor que , no obstante y paradójicamente , dio como resultado la obra depurada , escueta , mínima , que hoy conocemos .
El bebé estaba en una canasta al lado de la cama , y llevaba puesto un pelele y un gorro blanco . La canasta de mimbre estaba recién pintada , acolchada con pequeños edredones azules , y sujeta con cintas de color azul claro . Las tres hermanitas , la madre , que se acababa de levantar de la cama y aún no se había despertado del todo , y la abuela rodeaban todas al bebé y observaban cómo miraba con fijeza y de cuando en cuando se llevaba el puño a la boca . No sonreía ni reía , pero a veces parpadeaba y movía la lengua entre los labios cuando una de las niñas le pasaba la mano por la barbilla .
El padre estaba en la cocina y les oía jugar con el bebé . —¿ A quién quieres tú pequeñín ? — dijo Phyllis —, y le hizo cosquillas en la barbilla . — Nos quiere a todos — dijo Phyllis —, pero al que quiere de veras es a papá , ¡ porque papá también es chico ! La abuela se sentó en el borde de la cama y dijo : —¡ Mirad su bracito ! Tan gordo . ¡ Y esos deditos ! Igualitos a los de su madre . —¿ No es una preciosidad ? — dijo la madre —. Tan sano , mi niñito . — Se inclinó sobre la cuna , besó al bebé en la frente y tocó la colcha que le tapaba el