Agenda Cultural UdeA - Año 2008 MARZO | Page 34

ISBN 0124-0854
N º 141 Marzo 2008 educación y del educador en el contexto del desarrollo humano:
El educador debe transmitir ciertos conocimientos. Si se crítica con razón la preferencia que generalmente se le concede a la información en perjuicio de la formación, no se puede concebir, sin embargo, la segunda sin la primera. Precisamente el diálogo es lo que hace de una necesaria información el elemento fundamental de una auténtica formación. Las relaciones entre el educador y el discípulo intentan ser el crisol donde se opera lentamente la mutación de la cultura y la evolución del lenguaje: en ellas deben mezclarse de una forma privilegiada dos corrientes opuestas: la de una tradición y la de una revolución; en ellas se forma ese humanismo en“ vías de desarrollo”, y se perfila el hombre moderno, el que enseña y el que es enseñado, el que está llamado a estar toda su vida aprendiendo, a perfeccionarse, a comenzar su propio ciclo constantemente(...) El maestro es ante todo el hombre del encuentro y de la confrontación. Es al mismo tiempo solidario, promotor y víctima de la
renovación, y se encuentra entre el pasado y el futuro, sirve a la causa de la tradición por lo que enseña y a la causa de la revolución en aquellos que debe formar. Está, en fin, encargado de iniciarlos en el sentido que su existencia tiene en la comunidad y, a ser posible, de enseñarles un lenguaje que sea tan auténtico para él como para ellos. ¿ Qué espera de todo esto? Que un día, instalados en su propia voz, hablen en términos nuevos, distintos a los que él quería enseñarles. 8
La formación ha de entenderse, entonces, en términos del filósofo norteamericano Richard Rorty, como edificación, como el proyecto de encontrar nuevas“ formas de hablar” que sean más interesantes y provechosas. El discurso que edifica es“ anormal” porque nos saca de nosotros mismos por la fuerza de lo extraño para ayudarnos a convertir en seres nuevos, utilizando siempre materiales proporcionados por la cultura de la época. Estamos en el corazón de la educación entendida hermenéuticamente y no como un