Agenda Cultural UdeA - Año 2008 MARZO | Page 28

ISBN 0124-0854
N º 141 Marzo 2008 individuos un arraigo y unos fines. Me arriesgo a decir con la nueva antropología 2 que la universidad sería como un“ sitio de cultura”, como apropiación de sentido, como lo que permite“ ponerse en”, no“ en” entendido como lugar fijo, como delimitación de espacio, sino como trayectos que ponen en relación, como aquello que por su misma dinámica permite ubicar y orientar y por ello desarrollar interrelaciones entre lo fluctuante y lo que permanece, entre el movimiento y la habitación, entre la presencia y la ausencia. Esto haría de la universidad una“ tarea”, como proceso dinámico de autoconstrucción, como punto móvil de identificación que en la vida cotidiana conjuga lo global con lo local. Es, en consecuencia, la posibilitadora de lo comunitario, del desarrollo de pequeñas comunidades que como nos lo hace ver Sloterdijk:“ Si los grandes órdenes se parten en dos, el arte de la pertenencia mutua sólo puede comenzarse de nuevo desde los órdenes pequeños. La regeneración de los hombres por obra de los hombres presupone un espacio en el que, por la convivencia, se inaugure un mundo” 3.
De ahí se desprende una segunda razón, la de su papel como“ conciencia” de época, que de manera crítica, en términos kantianos, permite descubrir los límites y las posibilidades del momento que nos ha correspondido vivir. La universidad como mediadora no puede desconocer que somos seres históricos, que estamos en la historia y haciendo la historia; le corresponde conjugar el legado del pasado con la configuración del devenir; en consecuencia se sitúa de manera privilegiada en un presente siempre en movimiento ¿ No será esta permanente mirada crítica a la construcción humana, esta re-flexión sobre la vida y la cultura lo que pone en evidencia la autonomía que tan orgullosamente pregona la universidad? ¿ No es esa conciencia, acaso, la base de cualquier acción sobre nuestro mundo? ¿ Cómo ser creadores de futuro y ser responsables de nuestras decisiones si no re-conocemos el mundo en el que nacimos y vivimos?
Y, entonces, esa visión nos conduce a la tercera razón: la universidad como posibilitadora del ejercicio responsable