ISBN 0124-0854
N º 144 Junio 2008 pelo. Nuestra aureola es un hongo, el de la bomba H. No creemos en la inmortalidad, no creemos en la historia. Esas patrañas son risibles. No estamos seguros de nada, ni de hoy. Cada paso es para nosotros el porvenir, sin saber qué hay más allá, sin importarnos lo que venga. Nuestro reino es este instante fugitivo que vivimos desorbitadamente, a contra-reloj, contra la siniestra eternidad. Nuestro arte proclama la muerte de la eternidad. ¡ Muera la eternidad!
Irá a vivir, a estudiar pintura, a triunfar si puede. Claro que puede, su espíritu es guerrero, pariente de las olas: vive en movimiento. Por eso se va, acosado por una fuerza interior que lo impulsa lejos, a nuevas conquistas. Después volverá, impulsado por la misma fuerza de oscilación que lo restituirá a la lucha entre nosotros, al seno de esta hermosa generación que tiene en él a uno de sus más puros exponentes...
Vivir al máximo de tensión, crear vertiginosamente. Lo mismo que el gran Cassius Clay, exigimos la gloria para ya. Odiamos la vejez, la decadencia, los honores póstumos. Sólo así se explica que en plena alba belicosa, Barrios haya realizado innumerables exposiciones en todo el mapa: en la Galería Picasso de Medellín. En la Casa de la Cultura de Manizales. En el Centro Artístico de Barranquilla. En la Casa San Benito de Cartagena. En el Festival de Vanguardia de Cali. En el Festival de Arte Joven de Pereira. En salones colectivos: Salón Croydon, Salón Homenaje a Dante. Y ahora en el XVIII Salón Nacional.
Ganó el segundo premio en el Homenaje a Dante. Ese premio consiste en un viaje a Italia. Barrios se nos va un año para Roma.
Pues Barrios, con su aventura estética, ha venido a turbar ese letargo de eternidad en que yacían las verdades del arte. Su obra testimonia nuestra época con un realismo alucinado, violento, penetrando las apariencias hasta sus secretos más arcanos, con un valor y una audacia de pirata del arte. Su pluma, más que dibuja, roe la realidad en busca de su esencia.
Nada ni nadie podrá atajarlo en su aventura, en estas exploraciones de su sensibilidad en busca de verdades nuevas, de nuevos símbolos. En sus cuadros nos ofrece una imagen maravillosa de nuestro tiempo, con sus absurdos, su demencia, su frivolidad, sus pesadillas, su cursilería sublime, su humor negro.