Agenda Cultural UdeA - Año 2008 JUNIO | Page 20

ISBN 0124-0854
N º 144 Junio 2008
“ prohibido prohibir” o“ vivir sin obligaciones y gozar sin trabas” expresan el carácter iconoclasta de la juventud que rechazaba el orden de las relaciones humanas dentro de la sociedad y que, además de manifestarse sobre la escuela y la familia, se expresaban sobre otros campos como la producción de conocimiento.
Tras los años sesenta, nada sería igual. Idea romántica tal vez, muy criticada, pero hecho incontestable: las relaciones entre los padres y los hijos, entre los estudiantes y los profesores, y entre los mismos jóvenes, en adelante serían distintas. Tal vez los cambios no se percibieron instantáneamente; de ahí el desconocimiento de algunos actores de lo trascendental de sus actos.
podían ser las mismas: las jerarquías y la verticalidad serían, en adelante, cosa del pasado, posibilitando un intercambio de saberes en el que tanto la generación como la transmisión de conocimiento serían renovadas. Si bien no se puede generalizar, aludiendo a los jóvenes como los grandes interesados en el conocimiento, sí se puede mencionar que algunos de ellos adquirieron una conciencia crítica que obligó a muchos de los maestros a revaluar los métodos y los
La escena de la cultura occidental dio un cambio: en el interior de las familias se presentaron otros roles, caracterizados por los deseos juveniles de vivir y los consiguientes conflictos entre las generaciones. Las estructuras familiares se transformaron, abriéndose la posibilidad de encontrar parejas casadas por la Iglesia o en unión libre, con o sin hijos, situación en que las perspectivas de futuro eran esenciales.
De igual forma, las estructuras en la escuela, expresadas en las relaciones entre los estudiantes y los profesores, tampoco
contenidos de su enseñanza.