ISBN 0124-0854
N º 140 Febrero 2008
Que admire a Verlaine es muy natural . ¿ Cómo podría no admirarlo ? Y no sólo a este ajenjo sublime , medroso y ofuscador , sino también a otros varios decadentes , que me parecen estudiadas o imitadas . El contrabando y las falsificaciones me gustan mucho en la realidad ; pero en el arte no . Por ley de contraposición , los que amamos las franceses o no .
Dibujo de A . de Neuville . “ Valle de Medellín , 1872 ” en : Poesía de la naturaleza . Medellín , Suramericana de Seguros , 1997 , p . 10
Creo que eso lo dije algo claro . Dije que el decadentismo , aun en la misma tierra donde surgió al mundo del arte , ha sido considerado por algunos críticos y pensadores como una manifestación excéntrica y morbosa de temperamentos desequilibrados natos , o por abusos de facultades y sentidos . Pero mal podría negarle a un reflejo natural y espontáneo de ciertos espíritus franceses su razón de ser y de existir . Tan estúpido así no es tu “ párroco sofístico ”. Todo lo espontáneo es muy de mi gusto , en el arte como en cualquier cosa , y creo que lo propio le acontece a cada
prójimo . Por lo mismo , no pueden
agradarme demasiado las manifestaciones falsificaciones en la vida , amamos la sinceridad en las ficciones ; realista en arte , artístico en realidad . En la vida se sueña y en el arte se despierta . Míra cómo soy más poeta que tú . Pero al revés .
Y como yo encuentro alguna diferencia entre el alma de los franceses y la de los colombianos , y entre el carácter y estado de cultura de ambas naciones , me he figurado , acaso por prejuicios , que el decadentismo de nuestra tierra tiene , en lo general , mucho de artificioso y de procurado . Y como por otra parte , esta manifestación artística es de suyo un tanto rara y extraña en todo tiempo y lugar , no es lógico suponer que todos los