Agenda Cultural UdeA - Año 2008 AGOSTO | Page 20

ISBN 0124-0854
N º 146 Agosto 2008
Y una acción coordinada conduce a practicar una política sanitaria que permita mayor equidad, garantía de bienes y servicios sanos y seguros, así como una mayor higiene de los servicios públicos y el logro de un medio ambiente más grato y limpio. Y en ese mismo sentido, la promoción de la salud favorece el desarrollo personal y social en tanto proporciona información y educación sanitaria y perfecciona las aptitudes indispensables para la vida. De este modo, se incrementan las opciones disponibles para que la población ejerza mayor control sobre la propia salud y sobre el medio ambiente, y para que opte por todo lo que propicie la salud.
Sin embargo, el desarrollo físico, social y mental de los individuos, la promoción de la salud y prevención de las enfermedades, el mejoramiento o mantenimiento de la calidad de vida social y laboral, no sólo dependen de las entidades gubernamentales, sino de todos los integrantes de la sociedad. Hábitos como la actividad física se deben considerar como comportamientos complejos que se encuentran influenciados por diversas variables, partiendo del hecho de que las personas son parte de un gran sistema que restringe el rango de su comportamiento, bien a promover, a demandar ciertas acciones, estimular o prohibir otras.
Más que prevención
Equivocadamente, muchas de las políticas en boga, por confusión de términos y uso
erróneo, promueven la prescripción del ejercicio como medida preventiva o propenden a que se realicen únicamente programas de difusión aislados, omitiendo la estructuración de un verdadero plan de promoción y prevención de la salud a través de la actividad física. Por el contrario, un programa que pretenda tener impacto sobre el sedentarismo en una población, debe basarse en un esquema complejo de promoción y prevención de la salud en los diferentes ámbitos de la comunidad.
Por ejemplo; si bien no es el único, el modelo trans-teórico aplicado en las campañas de prevención del tabaquismo ha proporcionado las bases de intervención para el problema del sedentarismo: desde este modelo, es posible dividir los grupos de individuos entre los que ni siquiera han pensado en ser activos( precontemplativos), los que han pensado que hacer ejercicio puede ser benéfico para su salud pero no lo han intentado( contemplativos), y quienes ya lo han intentado, así hayan recaído en el sedentarismo. Para cada uno de estos grupos se deben instaurar estrategias que van desde la implementación de políticas de promoción, hasta la intervención en los propios individuos, de tal modo que cada vez más personas pasen a ser contemplativos y luego actúen.
La promoción es complementaria a la prevención; la primera abona el terreno para