ISBN 0124-0854
N º 146 Agosto 2008 general, la inactividad física aumenta los riesgos de mortalidad, duplica el riesgo de enfermedad cardiovascular, de diabetes de tipo 2 y de obesidad. Además, aumenta las probabilidades de padecer cáncer de colon, próstata y seno, hipertensión arterial, osteoporosis, depresión y ansiedad, entre otros.
La franca asociación que existe entre el sedentarismo y el aumento de la mortalidad por enfermedades crónicas ha motivado la creación de políticas en salud pública y, a partir de ellas, el diseño de estrategias de promoción y prevención a través de la actividad física, que ya ha demostrado tener un evidente impacto sobre el perfil epidemiológico de la población y ha contribuido a la reducción de la probabilidad de muerte por enfermedad cardiovascular y por algunas formas de cáncer. De hecho, la actividad física bien realizada mejora, entre otras cosas, el rendimiento académico, la personalidad, la estabilidad emocional, la memoria, la autoestima, el bienestar, la eficiencia laboral, y disminuye el estrés, la agresividad, la depresión.
La práctica de la actividad física es un derecho fundamental; por actividad física se entiende cualquier movimiento corporal voluntario de contracción muscular, con gasto energético mayor al de reposo. Es un comportamiento humano complejo, voluntario y autónomo con componentes y determinantes
de orden biológico, psicológico y sociocultural, que produce un conjunto de beneficios en la salud y tiene su expresión en los deportes, los ejercicios físicos, los bailes y determinadas actividades cotidianas y de recreación.
La prescripción del ejercicio está basada en la ciencia y en su evidencia y la finalidad de la prescripción es el logro exitoso de un cambio en el comportamiento del individuo para que lo incorpore dentro de sus hábitos y sus propios objetivos. Por lo tanto, su alcance va mucho más allá de realizar unas pruebas físicas o entregar un plan de ejercicios. Se trata de intervenir el perfil de salud y comportamiento de un individuo que ha tomado la decisión de iniciar la práctica de actividad física regular. Ante este difícil reto, es fundamental la participación de las ciencias del comportamiento para aplicar todas las herramientas disponibles que puedan llevar al reforzamiento de las motivaciones y a la interiorización de las actividades saludables.
Los aspectos relacionados con el estilo de vida aparecen hoy en día como el campo de más amplio potencial de acción para la verdadera promoción de la salud. Se reconoce actualmente que buena parte del alarmante incremento de las enfermedades crónicas degenerativas radica en las costumbres insanas de la población tales como: la sobrealimentación, el tabaquismo, el sedentarismo, el estrés, el abuso de alcohol y