ISBN 0124-0854
N º 136 Septiembre de 2007 consecuencias, en un intento por desprenderse del pasado lo más rápido posible, borrando el legado Sufí completamente.
Sorprendentemente, tanto para una élite occidental como turca, la sexualidad y el Islam constituyen un par imposible de considerar favorablemente. En cualquier momento y lugar en que estos términos se encuentran, casi automáticamente el tema se vuelve, sino un problema, un trauma, y no se requiere mucho tiempo para que se convierta en un cuadro triste: una imagen que lleva el recuerdo de matanzas por honor, escándalos de virginidad, poligamia, homofobia y la desaparición de los cuerpos femeninos tras los velos. Si bien no puede negarse, bajo ningún punto de vista, la importancia de discutir estas situaciones, lo es igualmente reconocer que no es esto lo único de lo que se trata la sexualidad en el Oriente Medio. El tema del sexo y la sexualidad en el Medio Oriente no sólo implica costumbres y prohibiciones, cautividad y confinamiento. La sexualidad es también gozo y alegría, placer físico, gratificación emocional y euforia espiritual.
Vida de Soliman( 1558), Biblioteca del Museo
Así mismo, hay una larga tradición de narrativa erótica en los países del Medio Oriente, prosas hermosas, bella y audazmente rimadas.
Para citar algunos ejemplos, El libro de placer( Bah Nameh) fue traducido varias veces y
circuló ampliamente en el imperio otomano, así como El jardín perfumado profusamente leído en Irán, por no mencionar Las mil y una noches, donde la sexualidad se mostró y celebró como una fuente prolífica de la vida en numerosos cuentos. La ironía de los países musulmanes abruptamente modernizados como Turquía es que las élites culturales han perdido sus conexiones con viejas traducciones de cuentos e historias eróticas. La élite cultural turca se ha alimentado de su propia tradición cultural. Sus miembros con seguridad conocen a Balzac, Flaubert y Woolf, pero saben poco de la literatura islámica o Sufí o de sus historias religiosas.