Agenda Cultural UdeA - Año 2007 NOVIEMBRE | Page 13

ISBN 0124-0854
N º 139 Diciembre de 2007 arengas políticas en las que el “ dolor de patria ” es una especie de “ mal de tierra ”.
Y aún sobrevive ese ideal de ciudadanía con su sentido de pertenencia , su compromiso con lo público como una prolongación de lo privado , su comprensión del país , del paisaje , del paisanaje , de la tradición y de la patria como algo personal y familiar . Pero esa idealización ha impedido reconocer que , tanto en su concreción práctica como en su formulación filosófica , esa concepción de la ciudadanía fue etnocentrista y chauvinista , esclavista y machista interna y externamente . El ciudadano griego tiene frente a los no ciudadanos , los extranjeros , los esclavos y las mujeres , un estatus de privilegio que a su vez se convierte en fuente de derechos y poderes y en base de un universalismo cuyo modelo único y central son los ciudadanos griegos varones , los únicos incluidos en el universo de los ciudadanos : se trata de un falso universalismo . Así , por ejemplo , siendo exclusiva , negaba no sólo ciudadanía sino personalidad , inteligencia e incluso humanidad a las mujeres , a los esclavos o a los extraños .
En cuanto a la concepción liberal moderna de ciudadanía , resulta ser la más incluyente de todas las ciudadanías conocidas , porque está basada en el principio de la igualdad jurídica universal de personas diferentes , es decir , en el reconocimiento jurídico de las diferencias ya no sólo entre ciudadanos y no ciudadanos ,
sino entre personas . Fue construida por la tradición liberal en los orígenes del estado moderno .
La versión liberal moderna del cosmopolitismo presupone la igualdad jurídica al poner en el mismo plano características personales diversas en cuanto a sexo , lengua , etnia , religión , opiniones políticas y al distinguir éstas de las desigualdades producidas por las discriminaciones y las distintas situaciones sociales que no son propias de la personalidad .
La universalidad es producto del cosmopolitismo moderno , y viceversa , y se concreta jurídicamente en el universalismo de los derechos fundamentales . La idea de la universalización se corresponde , y no por pura casualidad , con la concepción moderna — newtoniana — del espacio , con lo cual vemos aparecer una nueva y sugerente relación entre la cosmología científica y la política . En efecto , el espacio newtoniano es infinito y por tanto no tiene centro , ni periferia como el aristotélico , que es finito . En la física clásica moderna cada uno de los puntos es igual a otro , y por tanto no existen topos y lugares privilegiados ; en ningún punto especial se acumulan toda la fuerza y los elementos como en el mundo aristotélico ; el universo es infinito y por tanto el centro está en todas partes o en ninguna ; el arriba y el abajo , la diestra y la siniestra son puntos de referencia