ISBN 0124-0854
N º 130 Marzo de 2007 diálogos , será repetida y aceptada aun por quienes encuentren inicialmente desagradable , extraña y hasta vejatoria esa sujeción que se les impone . De la conversación ascenderá al estilo literario , primero con la puntillosa precaución de las comillas o la salvedad manifiesta de que su uso eventual está indicado por una moda detestable , por una vulgar corrupción del lenguaje . Más tarde , se abandonarán esas precauciones y salvedades , y la palabra recién nacida , el giro recientemente adquirido , pasará a formar parte del acervo común . Literatos y políticos , artistas y hombres del montón , usarán el nuevo signo verbal como una moneda de pura ley para el comercio espiritual .
La desacomodación de un escritor con su época se traduce tanto por las ideas como por el estilo . El escritor que se niega a aprehender , a usufructuar para beneficio de sus obras los valores idiomáticos que la evolución de la sociedad en que vive va creando constantemente , corre un riesgo similar al de esos caballeros o de esas damas que se aferran desesperada y orgullosamente a una determinada moda , ya fenecida , a un repertorio de palabras , ya en desuso , a un estilo , a un tono de vida , periclitados o superados . El caballero que al despedirse de un amigo todavía emplea la antigua fórmula de “ colóqueme a los pies de su señora ”, se hace , sin duda , acreedor a nuestra gratitud eventual , pero también a nuestra sonreída y
burlona sorpresa por la insólita resurrección , que se torna cómica instantáneamente , de un “ cumplido ” que perdió su vigencia hace ya muchos años .
El lenguaje de la amistad y el del amor , el de los negocios y el de la política , sufre alteraciones constantes , curiosas y , en lo general , acertadísimas . Quienes se colocan en pugna con ellas , no tienen ninguna posibilidad de aniquilarlas o vencerlas . Por tal razón el espectáculo espiritual que ofrecen las gentes empecinadas en una diaria batalla por la supervivencia de lo que está agonizando o ya murió , resulta de una endiablada comicidad . El ejemplo que hemos puesto antes , podría multiplicarse indefinidamente , removiendo el archivo de los giros , de las expresiones no sólo de la cortesía social , del trato en los salones , sino de la literatura política de quince , de veinte , de cincuenta años atrás . ¡ Qué excelente vitrina de antigüedades podría formarse con ese material de metáforas , de palabras , de tropos , de aproximaciones críticas , de exclamaciones , de admoniciones , de comparaciones , de maldiciones , de interjecciones ! Esa “ exposición ” retrospectiva del estilo de la conversación y del estilo literario serviría , mejor que cualquiera otra cosa , para demostrar cuál ha sido el cambio en las formas del lenguaje a lo largo de medio siglo , por ejemplo . La desvalorización paulatina o vertiginosa de tantas palabras , su ruina irremediable , su desuso , el proceso de su