Agenda Cultural UdeA - Año 2007 JUNIO | Page 8

ISBN 0124-0854
N º 133 junio de 2007

Fragmentos de

Diario de un escritor

Mario Escobar Velásquez

*** Cada autor puede hacer de su novela lo que a bien tenga, siempre que sepa qué hace. Una novela no es únicamente una acumulación de palabras demasiadas, o hechos, o de caracteres de personajes, o de éstos, sino una unión armónica de todo eso con un fin determinado. Este fin lo subordina todo. Es decir que la novela es proclive, debe obedecer a un plan. En una buena novela no hay una sola palabra sin objeto. Ningún hecho, ningún carácter. Nada sobra, y desde luego no falta nada. No hay que dejar a los personajes a que hablen por su autor, expresen sus opiniones, etc. Los personajes deben ser ellos mismos, no calco de quien los creó.
*** Ninguna buena novela separa a sus personajes del entorno: vibra éste con ellos, ellos vibran con él. Van interminablemente juntos como los hermanos siameses. El autor que no logra acomodar el escenario dentro de la obra, y a sus personajes en él, tan real
que se toque, vea, oiga y huela, ha hecho poco o nada.
*** Un escritor es, necesariamente, todos los escritores que le precedieron. Para no citar sino al idioma y a la técnica, halló a uno y otra estructurados y pulidos. Para aprehender a uno y otra le bastó con leer infatigablemente los escritos de esos escritores antecesores. Y entonces tiene lo que Quevedo y Góngora y Lope de Vega y Cortázar y Camus y Sartre y Borges y Hemingway y Steinbeck y Capote y Maugham tuvieron, aprehendido. Así, tal vez hasta esa ristra ilustre de ciegos que se llamó Homero. Lo único propio en un escritor es el estilo. Porque a veces las historias son propias, pero a veces las topa y se las bebe para después verterlas. Llamar mía a una novela que he escrito me pareció siempre una exageración. En ella hay muchísimo de otros, y basta ser un poco humilde o razonador para entenderlo así. Si acaso, si llego a ser tan bueno como deseo, pondré en esa corriente enorme de la