Agenda Cultural UdeA - Año 2007 DICIEMBRE | Page 27

ISBN 0124-0854
N º 139 Diciembre de 2007
Eric es el personaje central, la voz activa, y la dolorosa lucidez que refleja su pensamiento es el tributo pagado a la vida por dar libre curso a lo que Yourcenar nombra: la pasión pura. Eric habla con subversiva soltura de sí mismo, de su mundo y de los seres que gravitan en él, brillantes y elocuentes también, aun en el silencio. En las primeras páginas de la obra, Marguerite Yourcenar traza los rasgos del joven personaje, arrollado en la energía colectiva de la guerra: rozar superficialmente el peligro, y a quienes los desórdenes de la Europa de posguerra, la inquietud personal, la incapacidad de satisfacerse y resignarse a un mismo tiempo, transformaron en soldados ocasionales al servicio de todas las causas a medio perder o a medio ganar … Era la época apropiada para morder el anzuelo sentimental de una doctrina de derechas o de izquierdas … La caldera rusa, que se preparaba a estallar, extendía por Europa una humareda de ideas que pasaba por nuevas … Yo empezaba a conocer las interioridades de la guerra civil en un ejército en disolución. No era la guerra ni la revolución, sino sus salvadores, quienes arruinaban al país […]
El tiro de gracia revela también el sentir puro y sin excusas del encuentro entre Eric y Conrad, necesario para soportar y dar algún sentido a la existencia que les toca vivir. Eric, a la distancia de la historia común, lleva consigo a Conrad en sus afectos, reflexiona y evoca el ser y el hacer de aquel amigo incomparable, compañero de infortunios. El siguiente párrafo testimonia y rinde culto a esta voluptuosa amistad, gratificante y profunda:
[…] Eric Von Lhomond, que siempre había permanecido con obstinación al lado derecho de las barricadas, pertenecía a ese tipo de hombres demasiado jóvenes en 1914 para haber hecho otra cosa que no fuera
Yo había reconocido en él esa facultad, a un mismo tiempo reprimida y cultivada en mí, de no asirse a nada, de probarlo y despreciarlo todo … La amistad es, ante todo, certidumbre, y eso es lo que la distingue del amor. Es