ISBN 0124-0854
N º 135 agosto de 2007
Nota sobre“ El aguacero” Esta leyenda la trae en su obra el padre Pinto( Pinto García, Constancio. Los indios katíos, su cultura y su lengua, vol. 2. Medellín, Ed. Compás, 1974, p. 232) bajo el título de“ La mujer de la harina”, a continuación de los relatos sobre el origen del ñame y antes de la relativa a la pita. Sobre ella, y haciendo alusión al relato sobre el ñame dice:“ Relacionado con esta versión, tenemos una tradición que por curiosidad traemos aquí”. Y en verdad que el mencionado texto ofrece grandes semejanzas de trama y de estructura con los otros que lo anteceden en nuestro trabajo( los del ñame y de la pita).
“ Personas |
que |
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volvieron |
animales” |
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El cumbarré, gulungo, gurupa u oropéndola era antiguamente una mujer que se alimentaba de plátano. Sólo ella conocía esa fruta y a nadie daba su secreto. Caragabí se enteró de lo que ocurría y la castigó por su avaricia y mezquindad, convirtiéndola en ave.
Había una india llamada Angeramia. Cuando iba a traer maíz se demoraba mucho y lo traía ya molido en el canasto. Su suegra empezó a desconfiar y tanto insistió ante su hijo que éste se puso celoso y, para persuadirse, se fue un día a la roza. Allí encontró a su mujer encaramada en un tronco desgranando maíz y le amenazó que la iba a castigar. Entonces la
india se llenó de miedo y se convirtió en un gusanito y se quedó dentro del maíz. De allí vienen los viringos, esos gusanos pequeños que se alimentan de maíz sin secar.
El cangrejo era primero un hombre al que le gustaba mantenerse junto al agua. Llegó una vez el jefe de una cuadrilla de peones y le pidió permiso para beber agua. El hombre aquel no se lo quiso dar y entonces el jefe de los peones le dio un fuerte pisotón y lo dejó como aparece ahora, con el cuerpo aplastado y los ojos brincados.
Nota sobre“ Personas que se volvieron animales”
En tres lugares diferentes encontramos breves tradiciones cuyo común denominador es el hecho de que alguna persona se haya convertido en animal. Por eso las hemos agrupado bajo un solo título. Las tres proceden de la obra del padre Pinto( Op. cit., pp. 253-254) Y sólo les hemos hecho leves variaciones de forma. La relativa a la oropéndola la tomó el autor de Arcelio
Carupia del Alto Sinú. La relativa al gusano del maíz le fue narrada por una indígena catía de la Palma en el Darién panameño, y la atinente al cangrejo procede de los indígenas del Chamí con quienes tuvimos oportunidad de confirmarla. Recuérdese que el relato sobre Caragabí y su mujer infiel constituye otro ejemplo de este mismo género.