ISBN 0124-0854
N º 135 agosto de 2007
Carta a un político
Héctor Abad Gómez
Héctor Abad Gómez
Tu éxito en política se lo debes a dos cualidades muy importantes: la malicia indígena y el silencio. Cuando hablas bajo la influencia del alcohol cometes errores, pero nunca he podido saber, ni creo que nadie a tu alrededor sabe, para dónde vas o qué es lo que verdaderamente piensas. Fuera de buscar el poder, el poder porque sí. No sé si estas
cualidades te llevarán muy lejos. Creo que no. Me parece que has llegado hasta donde podrías llegar. Te hacen falta otras cualidades que creo más importantes para el triunfo final: honestidad mental, estudio, amor al país. He meditado bastante sobre la política y los políticos. Y hasta ahora he llegado a las siguientes conclusiones: la política es la actividad más importante y, potencialmente, la más buena o más mala que pueda emprender un hombre. La política, así como aquellas otras actividades con las cuales se obtiene un éxito personal— el arte o la ciencia, por ejemplo— es emprendida por personas que no están totalmente satisfechas consigo mismas. La política atrae a los mejores y a los peores hombres y mujeres de cada comunidad. La política tiene que ser una actividad de tiempo completo. Los políticos, como grupo tienen, en general, más defectos que cualidades, comparados con otros grupos humanos. La amistad no existe entre los políticos.
La lucha por el poder es la más despiadada de todas las actividades. Parecería curioso que una persona que se considera a sí misma como un educador, como yo, se haya internado en los terrenos de la política. Las potencialidades de hacer el bien a un mayor número de gentes