ISBN 0124-0854
N º 135 agosto de 2007 imprescindibles para la continuación de esta empresa. Expresamos algunos: 1. La defensa de los derechos humanos es una empresa social porque constituye una verdadera defensa de la especie, basada en el anhelo de que el hombre sea hombre para el hombre, y, mejor aun, de que el hombre sea hermano para el hombre.
a todos los hombres de buena voluntad, con la esperanza de que todos los hombres sean de buena voluntad.
2. El espíritu gregario, la sociabilidad humana, exige que la defensa de uno de sus miembros sea necesariamente empresa colectiva. La defensa de los derechos humanos implica entonces el apersonamiento solidario de la comunidad como un todo inescindible. Por eso convocamos a esta causa a todos los ciudadanos capaces de sentirse solidarios con sus semejantes. A todas las esferas sociales y económicas. A todos los credos religiosos. A todos los partidos políticos. Al Estado, sus autoridades, sus instituciones, sus organizaciones y sus fuerzas. A la Iglesia Católica y sus organizaciones y dignatarios. A los gremios. A las organizaciones profesionales y sindicales. A los empresarios. A los medios de comunicación. A los industriales. A los intelectuales. A los comerciantes. A los transportadores. A los banqueros. A los empleados y trabajadores. A los banqueros desempleados. A las organizaciones estudiantiles, populares, campesinas e indígenas. Y, talvez contagiados por el espíritu navideño que nos alumbra, deberíamos decir para sintetizar, que
Los derechos humanos deben defenderse en cabeza de todos los hombres porque lo único que los iguala es su consustancial dignidad. Frente a los derechos humanos y para su defensa no hay buenos ni hay malos. No hay poderosos ni hay humildes. Tan débil es la carne del opulento y poderoso como la del mendigo y perseguido. Estamos seguros de que los inmolados, los sacrificados de esta causa no admitirían que a quienes los martirizaron se les aplicaran tratos crueles o torturas, o se les hiciera desaparecer, o se les negaran sus garantías civiles para el ejercicio de su defensa. Es muy fácil caer en el contrasentido de defender a quienes se nos