Agenda Cultural UdeA - Año 2007 ABRIL | Page 19

ISBN 0124-0854
N º 131 Abril 2007 de
Para una persona de pensamiento independiente, las creencias, ideologías y filiaciones transmitidas por herencia cultural, y todas aquellas enseñanzas inculcadas necesariamente a mansalva durante la niñez, tienen que ser revalidadas y autenticadas. Es denigrante para un ser humano que se precia de racional y sapiens, que sus credos no hayan sido adquiridos con pleno consentimiento. Al avanzar en el proceso cultural, la fe ciega necesariamente terminará por debilitarse, al tiempo que las defensas intelectuales resultarán fortalecidas. Porque la fe ciega enceguece y la fe bruta embrutece.
Estamos, sin embargo, programados genéticamente para creer. Lo natural es que las experiencias de los antepasados sean recogidas y aceptadas sin demasiada discusión. Por tal motivo, el educador está en la obligación de luchar contra esa cómoda y a veces útil tendencia. Debe, como lo- recomienda el filósofo Bertrand Russell, educar para la duda, pues para la fe ciega venimos listos. Recuérdese que el escepticismo, además de ser una envidiable posición intelectual, es también una estrategia para acercarse a la verdad.
El desarrollo temprano de la mente debe ser uno de los objetivos más importantes del proceso educativo. El cerebro nace apenas
preformado: las primeras experiencias son fundamentales en la vida, pues completan lo que la naturaleza muy sabiamente ha dejado a medias. Al igual que los músculos, el cerebro, con el ejercicio frecuente y continuado, se desarrolla y adquiere potencia, seguridad y agilidad. Por eso es necesario que el pensar y el actuar se constituyan en rutinas diarias desde muy temprano en la vida, labor que en sus inicios corresponde a los padres, pero luego pasa a ser obligación de los educadores. El memorizar, por el contrario, será siempre una función menor, un fiel escudero. La descripción simple de los hechos y las anécdotas son aspectos secundarios. Importan más las estructuras, las interrelaciones, los invariantes, los entramados lógicos, las causas y las consecuencias y, ante todo, la posesión de fundamentos sólidos y claros.
Las lecciones de la historia le muestran al hombre, y así lo debe aceptar, que un gran número de verdades son transitorias. Que lo que hoy se condena como herejía puede establecerse mañana como dogma. Que lo que ahora es inmoral y prohibido, puede ser lo ético y recomendable en el futuro. Una correcta educación, además, debe tratar de prevenir la esclerosis intelectual, y actuar sobre la mente como bálsamo de eterna juventud. El adolescente debe aprender que el matrimonio con las ideas no debe considerarse vitalicio: las infidelidades deben amenazarlo constantemente. Recordémosle que cada día