Agenda Cultural UdeA - Año 2006 OCTUBRE | Page 29

ISBN 0124-0854
N º 126 Octubre de 2006
La noción que más conviene para la definición de un taller literario es la del antiguo concepto de taller artesanal, en el que se destacan dos figuras como sus componentes centrales: el maestro guía y el aprendiz. Asimismo, es productivo el hecho de que cada una de estas figuras tenga muy claro su papel y se entregue al cumplimiento de sus funciones con la dedicación y la mística de las vocaciones verdaderas. Conviene pues que el maestro lo sea verdaderamente y que el aprendiz, además del ferviente deseo de conocimiento, se confíe a su maestro, siguiendo las normas de respeto y obediencia.
Las características de un taller de literatura se definen a partir de dos variables esenciales: la primera, la constituyen los intereses del taller y, de acuerdo con ella, un taller puede ser de creación literaria, de poesía, de narrativa, de ensayo, de lectura o, simplemente, una tertulia de amigos; la segunda, se define por
el carácter del director y alcanza la dimensión de su personalidad literaria.
El taller de creación literaria es de carácter general, admite todo tipo de aprendices y su objeto de estudio es la expresión verbal