ISBN 0124-0854
N º 127 Noviembre de 2006 penas , se descubren hermanos y a veces , para probarse , se matan entre sí . La noche se puebla de canciones y aullidos . Los enamorados despiertan con orquestas a las muchachas . Hay diálogos y burlas de balcón a balcón , de acera a acera . Nadie habla en voz baja . Se arrojan los sombreros al aire . Las malas palabras y los chistes caen como cascadas de pesos fuertes . Brotan las guitarras . En ocasiones , es cierto , la alegría acaba mal : hay riñas , injurias , balazos , cuchilladas . También eso forma parte de la fiesta . Porque el mexicano no se divierte : quiere sobrepasarse , saltar el muro de soledad que el resto del año lo incomunica . Todos están poseídos por la violencia y el frenesí . Las almas estallan como los colores , las voces , los sentimientos . ¿ Se olvidan de sí mismos , muestran su verdadero rostro ? Nadie lo sabe . Lo importante es salir , abrirse paso , embriagarse de ruido , de gente , de color . México está de fiesta . Y esa fiesta , cruzada por relámpagos y delirios , es como el revés brillante de nuestro silencio y apatía , de nuestra reserva y hosquedad . colectividad . Ese lujo es una prueba de salud , una exhibición de abundancia y poder . O una trampa mágica . Porque con el derroche se espera atraer , por contagio , a la verdadera abundancia . Dinero llama a dinero . La vida que se riega , da más vida : la orgía , gasto sexual , es también una ceremonia de regeneración genésica ; y el desperdicio , fortalece . Las ceremonias de fin de año , en todas las culturas , significan algo más que la conmemoración de una fecha . Ese día es una pausa ; efectivamente el tiempo se acaba , se extingue . Los ritos que celebran su extinción están destinados a provocar su renacimiento : la fiesta de fin de año es también la de año nuevo , la del tiempo que empieza . Todo atrae a su contrario . En suma , la función de la fiesta es más utilitaria de lo que se piensa ; el desperdicio atrae o suscita la abundancia y es una inversión como cualquier otra . Sólo que aquí la ganancia no se mide , ni cuenta . Se trata de adquirir potencia , vida y salud . En este sentido la fiesta es una de las formas económicas más antiguas , como el don y la ofrenda .
Algunos sociólogos franceses consideran a la fiesta como un gasto ritual . Gracias al derroche , la colectividad se pone el abrigo de la envidia celeste y humana . Los sacrificios y las ofrendas calman o compran a dioses y santos patrones ; las dádivas y festejos , al pueblo . El exceso en el gastar y el desperdicio de energías afirman la opulencia de la
Esta interpretación me ha parecido siempre incompleta . Inscrita en la órbita de lo sagrado , la fiesta es ante todo el advenimiento de lo insólito . La rigen reglas especiales , privativas , que la aíslan y hacen un día de excepción . Y con ellas se introduce una lógica , una moral , y hasta una economía que frecuentemente contradicen a las de todos los días . Todo