ISBN 0124-0854
N º 127 Noviembre de 2006
Ese anuncio de una temporalidad humana cíclica es anterior al tiempo ( versos 2 al 4 ), cuando un ― terrible Dios ‖ ( Yahvé , el castigador dios judío ) prefijó de modo irremediable todo lo venidero por los siglos de los siglos , una historia sin historia que volverá sobre sí misma a encontrarse en ese ― ubicuo río ‖: la eternidad . Aquí el tiempo no es lineal y Borges no cree en la dialéctica hegeliana . Zarathustra se repite en Cristo y éste en Buda y en todos aquellos que pregonan la palabra divina , en un mundo redimido más allá del existente , que no es más que éste en otro lugar . Los versos 7 y 8 parafrasean los versos de T . S . Eliot en los Cuatro cuartetos 3 , pero incluyen un yo que asume como propio el ciclo de la eterna repetición , es decir una nada que se afirma como existente y eterna .
En todo ello no podemos dejar de anotar el carácter paródico del poema y la invitación de Borges al lector a dudar de la sujeción histórica y del tiempo , de quién habla en el poema , del Borges real y de la voz que en el poema parece ser Borges . Es el conjunto de máscaras que hacen del poeta un bufón ( Nietzsche ), ese desdoblamiento estético que enriquece la significación de los textos .
La prefijación de un destino ya decidido por Dios , los dioses , o la fatalidad — que en el período griego clásico Sófocles llevó a la síntesis en Edipo Rey — se revela en los versos 9 y 10 (― Entre el alba y la noche está la historia universal ‖). En ese círculo temporal — las 24 horas del Ulises — todo lo sublime y lo mezquino salen a escena : eros , búsqueda de la identidad , ebriedad , sueños de cambio . La fatalidad radica precisamente en que si el devenir humano es arquetipo , mito , repetición , en verdad solo estamos interpretando el libreto de una tragedia cuyas líneas fueron escritas desde tiempos inmemoriales por una misteriosa mano poderosa . Nuestro destino no es nuestro . ― La historia es una pesadilla de la que quiero escapar ‖ dice Stephen Dedalus . ¿ Pero acaso la historia la construimos nosotros ? Bajo el criterio del eterno ciclo de lo mismo ( Nietzsche ), Parnell , el redentor político irlandés , cuyo fantasma acompaña a Dedalus y a Bloom a lo largo del Ulises , no sería más que un arquetipo del revolucionario fallido que tiene su antecedente en Danton y se prolonga en Trotsky y , por qué no , en el Che Guevara .