ISBN 0124-0854
N º 127 Noviembre de 2006
En los versos 10 al 12 aparece un yo (― Desde la noche veo …‖) que profetiza el nacimiento y crucifixión de Cristo , el fin de Roma , la invasión árabe a Occidente , y se entrevé , todo el conjunto de acontecimientos históricos que inauguraría la modernidad desde la Revolución Francesa , pasando por el horror de las guerras del XX , hasta el fin del socialismo con la caída del Muro de Berlín . Ese yo , ¿ es Borges o Joyce ? ¿ O una mezcla de juntos ? ¿ Es el uno repitiendo lo que pensaba el otro ? ¿ Es el poeta irónico irlandés que encarna en el poeta argentino ? ¿ O es el Dios del verso 2 que todo lo ve y todo lo sabe , pero ahora reencarna en un dios creador , James Joyce , cuyo poder estético absoluto le permite ver todo el destino humano en esas 24 horas descritas en Ulises ?
El poema se cierra ( versos 13 y 14 ) con un llamado de la voz poética — absolutamente terrenal , casi desesperanzada , nada épica como en los versos anteriores — a lograr superar los retos del día , los desafíos ya prescritos , los golpes y sorpresas de esas 24 horas eternas , que ya Joyce ( como un ― terrible Dios ‖) definió para siempre en su novela .
Para cerrar este análisis hay algunos aspectos extratextuales del poema sobre los que vale la pena reparar . Este poema , de claros matices conservadores sobre el tiempo , la historia y el destino humano , fue escrito en 1968 , el año de las revueltas estudiantiles en Francia y en los Estados Unidos , de la masacre de Tlatelolco , el año en que ― todo se cuestionó ‖ ( Marcuse ).
Borges , distante en su estadía en Cambridge , miraba el mundo a través de Joyce con otros ojos diferentes a los de los revolucionarios . Para él todo esto estaba prefijado , no era más que la repetida imagen de una obra ya escrita , un calco de una escena ya actuada .
Joyce como afinidad electiva de Borges no es accidental . Tempranamente el autor argentino construyó en torno suyo un sólido diálogo con la gran tradición literaria americana y europea libre de los doblegamientos acomplejados o de las devociones interesadas . La suya es una mediación creativa y renovadora de la lengua . Este poema ratifica la vigilancia permanente que tuvo sobre sus referentes — implícitos en el poema , Darío , T . S . Eliot , Nietzsche , Sófocles — y el modo como los hizo hablar a través de sí , enriqueciéndolos y recontextualizándolos a la luz de nuevas preguntas .
Este memorable diálogo de fuentes , de recursos intertextuales meditados , de innovación formal manejada con maestría en el poema — lugar de encuentro de la experiencia estética y de la vitalidad de la lengua —, ratifican lo dicho por el crítico colombiano Rafael Gutiérrez Girardot 4 : lo revolucionario de Borges no está en sus ideas políticas , sino en su arte poética , narrativa y ensayística , donde todo lo que tocó fue enriquecido y es muestra viva , esto es clásica , de los múltiples retos a los que se enfrenta la