Agenda Cultural UdeA - Año 2006 NOVIEMBRE | Page 28

ISBN 0124-0854
N º 127 Noviembre de 2006 trató de definir las substancias de las que estamos hechos : el tiempo y la soledad y para quien dijo de héroes de hechos y de pensamientos . Pues , en últimas , Borges fue también héroe de otra manera , “ fue esa cosa un tanto melancólica ”, un hombre cautivo en las letras .
Al principio del prólogo , Borges insiste :” Juzgar que otra persona es milagrosa es una operación harto fácil , ya que todos vivimos en el anhelo de hallar personas milagrosas ”. Las verdaderas relaciones humanas son deliberadamente accidentales , carecen de demostraciones y no se deciden sino que se encuentran . Eso parecemos saberlo , pero , no obstante , siempre queremos decidirlas y escogerlas . Y para nuestro esperado asombro , concluye : “ Avenirnos a que nos juzguen milagrosos no es mucho más difícil , ya que nadie se juzga por su conducta ni aún por sus palabras y pensamientos , sino por la partícula de inmediata divinidad que lo impulsa a vivir , la que se denomina voluntad en el lenguaje de Schopenhauer ”. La observación es concreta y la aceptamos con triste felicidad , ya que se trata , sobra decirlo , del tema que nos distrae a todos : el amor . El amor que nos es ropaje necesario , pero a la vez , en tanto imaginario , que nos es harto doloroso .
Los prólogos armados por Jorge Luis Borges a lo largo de su vida son diversos y de obras escrupulosamente escogidas por él ; digo escrupulosamente porque advierten su gusto y desconocen la fama , y digo que son diversos pues hacen parte de su vasta búsqueda como lector . Quiere en ellos mostrar los hallazgos , los felices y tristes asombros , y , por supuesto , presentarnos a sus amigos en esa circunstancia llamada libro .
A Borges nunca lo abandonaron las dudas que él llamaba metafísica y la incertidumbre del tiempo , ni el deseo de escribir y de pensar , lo que él denominó amor por la literatura . Afirmó que la lectura de ciertos autores o de ciertos libros correspondía a la adolescencia , ya que la madurez encuentra escritores serenos . De joven buscaba en las tardes los arrabales y la desdicha , y de viejo las mañanas , el centro y la tranquilidad . Tal vez cambiaría esos hábitos en un orden físico , no gravitacional , porque nunca desdeñó , asimismo , el suicidio , que es de otro modo el aniquilamiento de lo que se ama , de la vida .
* Jerson Passos . Estudiante de la Licenciatura en Humanidades , Lengua Castellana de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia .