Agenda Cultural UdeA - Año 2006 MAYO | Page 6

ISBN 0124-0854
N º 121 Mayo de 2006
Siempre comienzo una obra llamando a los personajes A, B y C. En la obra que acabaría convirtiéndose en The Homecoming, vi a un hombre entrar en una habitación austera y hacerle la pregunta a un hombre más joven que estaba sentado en un feo sofá con un periódico de carreras de caballos en las manos. De alguna forma sospechaba que A era un padre y que B era su hijo, pero no tenía la certeza. Esta posibilidad se confirmaría sin embargo poco después cuando B( que más adelante se convertiría en Lenny) le dice a A( más adelante convertido en Max):“ Papá, ¿ te importa si cambiamos de tema de conversación? Te quiero preguntar algo. Lo que cenamos ahora, ¿ cómo se llama? ¿ Cómo lo llamas tú? ¿ Por qué no te compras un perro? Eres un chef de perros. De verdad. Crees que estás cocinando para perros”. De manera que como B le llama a A“ Papá”, me pareció razonable asumir que eran padre e hijo. A era claramente el cocinero y parecía que su comida no era muy valorada.
¿ Significaba esto que no había una madre? Eso aún no lo sabía. Pero, como me dije a mí mismo entonces, nuestros principios nunca saben de nuestros finales.
“ Oscuro”. Una gran ventana. Un cielo al atardecer. Un hombre, A( que se convertiría en Deeley) y una mujer, B( que luego sería Kate) sentados con unas bebidas. ¿ Gorda o flaca?, pregunta el hombre. ¿ De quién hablan? Pero entonces veo, de pie junto a la ventana, a una mujer, C( que sería Anna), iluminada por una luz diferente, de espaldas a ellos, con el pelo oscuro.
Es un momento extraño, el momento de crear unos personajes que hasta el momento no han existido. Todo lo que sigue es irregular, vacilante, incluso alucinatorio, aunque a veces puede ser una avalancha imparable. La posición del autor es rara. De alguna manera