Agenda Cultural UdeA - Año 2006 MAYO | Page 14

ISBN 0124-0854
N º 121 Mayo de 2006 desde la intemporalidad del evento fugaz e inaprehensible que es .
La danza escénica contemporánea , razón de estas consideraciones , debe ser entendida como la juntura de distintos derroteros estéticos sobre el cuerpo del intérprete ; como grosor en la amalgama cultural e instrumento de proyección ; como generador y médium , como encarnación de la obra de arte . Esta juntura es capaz de develar , a través de técnicas extracotidianas i de entrenamiento de la hoja en blanco y el lapicero corporal , y de la composición coreográfica de materiales gestuales , las múltiples relaciones entre la acción escénica y el mundo vaciado en ella .
Obsesionado por la interpretación del mundo , el creador y el ejecutante de la danza escénica , a diferencia del Quijote que analiza Michel Foucault en el libro Las palabras y las cosas ( personaje que justifica la ficción de la obra con argumentos de la propia ficción y que acciona sobre la convicción de una otra realidad ), produce , o expele , una obra siempre estenográfica que atiende las necesidades de una imaginería inmediata y persistente y propone un diálogo sobre la premisa de una quietud arrebatada por el principio de su eterna reinvención y mudanza .
La creación dancística como diálogo constituyente entre su creador y el entorno podría generar enfrentamiento entre la realidad “ textual ” ( plena de signos que son interpretaciones siempre abstractas del mundo en la dimensión de la representación ) y la realidad cotidiana que se ordena y mide con signos compartidos , expuestos y repetidos .
La danza escénica contemporánea ha disuelto el compromiso que otras formas escénicas del arte mantienen con la representación de la realidad ( nos gusta pensar que nuestra más preciada característica histórica es la rebeldía ; herencia afinada de nuestra imitada vanguardia en los inicios de siglo XX ). Ciertamente ha adoptado como destino la más vasta dispersión de relaciones con la realidad y el mundo que la soporta . Nunca la danza siguió el camino de las similitudes , pues nació escénica en la corte del más agrio refinamiento racional en la historia de Occidente : la corte de Luis XIV , el Rey Sol , en Francia . Renació , luego , rebelde con las vanguardias del siglo XX y desde allí se perfiló a la búsqueda y no al encuentro , a la experimentación y al desapego por la narración que supo ceder a la ópera , al teatro y a la pantomima . Con ella se quedaron la potencialidad creativa que exige nuevo instrumental de trabajo para cada proceso de creación , y el desenfado de la mirada introspectiva .