ISBN 0124-0854
N º 121 Mayo de 2006 ser asentados en el soporte orgánico de la memoria , engañando así los sentidos pasmados de un espectador intermitente . Un video sobre una clase o espectáculo de danza reorganizado en píxeles seduce a la forma y a la simpleza de la carne que fundamentan físicamente la danza con la que solemos conmovernos , pero no son ella ni debemos confundirlos en su semejanza . La materia prima y su silueta impresionan con la suspensión temporal de un instante espectacular y conmueven en la continuidad sin inscripciones distintas al signo vivo que propone como la unidad caótica de la catarsis . Afanosamente , las técnicas de entrenamiento y composición coreográfica , hoy más que nunca , pretenden el desalojo de toda identidad para ceder lugar al sin lugar , a la caravana de transformaciones que demanda el pensamiento desenfadado que ya no quiere narrar sino proponer nuevos lenguajes . El cuerpo de la danza y del intérprete es , en suma , el suyo propio como identidad dual y compleja que induce la metamorfosis para creerse otro y sugerir la misma condición antropofágica en quien se apropia de él por imágenes .
La reinterpretación psicofísica del cuerpo en expresión ; reinterpretación escénica manifiesta e intencionada como esencia y propuesta viva en el cuerpo totalizado hasta sus límites , que es atestiguada al menos por uno distinto al ejecutante , se denomina danza .
Y su revelación es animada por el intérpretecreador que la hace discurso en su degustación y posterior regurgitación . La coreografía queda definida por la memoria inscrita en el sustrato blando e intangible del cuerpo y el pensamiento hechos uno . Es una manifestación de carácter físico , afectivoemocional , sensorial e intelectual ( Moshe Feldenkrais , creador de un método para estimular la conciencia corporal , cita estas aristas constitutivas como parte de la acción ).
Queriendo la danza escénica contemporánea interpretar al mundo ya descifrado , principalmente al hombre y su devenir como nuevo discurso ( en gran medida por la modernidad y sus extravagancias mediáticas durante gran parte del siglo XX ) aspira todavía a transformar la realidad en signo . No valiéndose de su más obvia aplicación , el lenguaje de la danza escénica , que no se reduce a los despliegues de estilos coreográficos , condiciona la creación coreográfica a ser recreación del mundo . Sobre un formato que ofrece pocas semejanzas directas y comunes como en la expresión oral y escrita o la representación plástica figurativa , la danza adapta la necesidad de habitar en el otro a partir de su propio formato corporal en voluntad expresiva de ser indistintamente piedra y bestia , sentimiento o color , sueño , fragmento o superposición , ritmo , libro , raíz o bóveda celeste . Aspira , además , a ser permanente