Agenda Cultural UdeA - Año 2006 MARZO | Page 21

ISBN 0124-0854
N º 119 Marzo de 2006 originales de la mayor parte de las cartas a Bäsle , escribía todavía en 1931 a Sigmund Freud , en la carta con que acompañaba una publicación suya :
Espero que usted , como conocedor de las cimas y de los abismos , no encuentre del todo superflua la edición privada aquí inserta , que sólo hago llegar a un círculo limitadísimo : las nueve cartas de Mozart a los veintiún años , de las cuales aquí sólo publico una in extenso arrojan una luz psicológicamente muy sorprendente sobre su erotismo : manifiestan más decididamente que en el caso de cualquier otra persona ilustre , infantilismo y fuerte inclinación por el lenguaje obsceno . Sería materia interesante de estudio para un discípulo suyo , dado que todas las cartas se refieren al mismo tema .
Hoy nos parece una falta de sentido en un escritor tan importante , considerar las obscenidades del lenguaje como una manifestación erótica . Rose Cannabich fue una alumna de piano de Mozart que en aquella época tenía trece años , la única de la que se tiene la certeza de que era “ una muchacha muy bella y formal ” y “ para su edad es muy razonable y sosegada ”. “ Es seria , no habla mucho , pero cuando habla lo hace con gracia y gentileza .”
Mozart hizo un retrato musical de Rose en la Sonata en Do mayor K 284b / K309 , en noviembre de 1777 . Cuando le contó esto a su padre , le respondió con una desabrida calificación de “ amaneramientos a la manera de Mannheim ”. A juzgar por la Sonata , sostiene Abert , la muchacha debía ser “ una tunantuela ”. En realidad , como el mismo Mozart escribe al violinista Danner , Rose debía ser graciosa , cosa que además sabemos por las entusiastas declaraciones que sobre su aspecto nos ha dejado el pintor Wilhelm von Kobell .
Desde antes del rompimiento con el arzobispo Hieronymus Colloredo , Mozart había tomado asiento en la pensión de la intrigante Frau Cecilia Weber , cada vez más embarcada en el alcohol , que acababa de casar a su hija Aloysia con Lange , y que con su ojo malicioso , algo había visto entre Wolfgang y su otra hija Constanze . Leopold , el padre , temió lo peor , y una vez más conjura a su hijo desesperadamente a mudarse . Mozart lo obedeció a medias y demasiado tarde , para instalarse un poco más lejos , en un sórdido apartamento de la elegante calle de Graben , frente al monumento de la Peste , pero sin vista a la calle . Las Weber eran cuatro , y de alguna , manera todas tuvieron que ver con el destino de Mozart . La mayor , Josepha , cantante , que impresionó a Wolfgang más por su habilidad culinaria que por la voz , tuvo a su cargo en 1791 el papel de La reina de la noche