ISBN 0124-0854
N º 123 Julio de 2006
Desde sus comienzos en el arte, se revela su espíritu independiente de la tradición reinante en su época. Por eso y a contracorriente de las costumbres, no realizó el tradicional viaje a Roma, Italia; sólo se desplazó entre Leyden y Ámsterdam, pero aún así, su trabajo como pintor, grabador y dibujante traspasó las fronteras de su patria y lo proyectó como una de las figuras más representativas del Barroco. Siguiendo el ejemplo de artistas como Tiziano, Rafael y Leonardo, decidió firmar sus pinturas solamente con su nombre de pila, dejando de lado su patronímico y el apellido.
Su pasión ante la creación fue quizás lo único que no le permitió sucumbir en los momentos más críticos de su existencia. A la vida y al amor dedicó todo lo que hizo, abordando con energía y originalidad las técnicas, los temas y los formatos más dispares, para recrear la parábola humana de su existencia en la larga serie de autorretratos, que van de los trazos finos y delicados de la juventud a las gruesas y pastosas masas de color de sus trabajos de madurez. Para algunos estudiosos del arte, la intensidad y dramatismo alcanzado en su obra sólo se comparan a la de otro holandés, Vicent van Gogh.
Sus años luminosos y sus años oscuros
Al morir su padre en 1630, Rembrandt se traslada a Ámsterdam, asociándose con un marchante de obras de arte llamado Hendrick van Uylemburg, quien le pone en contacto con importantes personajes que le compran sus obras, en las cuales el artista logra captar el alma del retratado junto a los preciosos detalles de los vestidos. De esta época es una de sus obras más famosas La lección de anatomía del doctor Tulp( 1632). En 1634 se casa con Saskia van Uylemburg, sobrina de su socio, quien se convertirá en la protagonista de muchas de sus obras, como el Autorretrato con Saskia, Saskia con sombrero y Saskia con flor roja.
La década del treinta marcará el ascenso y reconocimiento del artista, que abandona la