Agenda Cultural UdeA - Año 2006 JULIO | Page 24

ISBN 0124-0854
N º 123 Julio de 2006 enorme vaso de vino blanco, nos invita a un brindis para que lo acompañemos en su fiesta.
No obstante, en estos momentos de éxito profesional, nuestro artista ha emprendido también el camino de una búsqueda más profunda a través de la introspección que le ha posibilitado la práctica del dibujo y, sobre todo, del grabado al aguafuerte, y esta búsqueda la centrará en dos temas fundamentales: los autorretratos y las interpretaciones del texto bíblico. En el año de 1641 muere su amada Saskia, y en medio de un profundo dolor, Rembrandt recibe el encargo más importante de toda su carrera: el retrato colectivo de la compañía de mosqueteros del capitán Cocq, pintura que realiza en un año y que es conocida por el nombre de La ronda nocturna. Rembrandt instaura en esta gloriosa pintura un personaje que no está representado, pero que es el que define a todos los que sí lo están y es el protagonista indiscutible de la acción. Este personaje es la luz, pero esta maravilla visual que es La ronda nocturna es hija de la experiencia riquísima del grabado y del dibujo. Para ello bástenos recordar la imponente Resurrección de Lázaro, aguafuerte realizado en 1632.
Luego de la tragedia por la muerte de su esposa y del fracaso de La ronda nocturna, ya que esta obra que hoy reconocemos como
prodigiosa no gustó a los que la encargaron por“ confusa” y“ desordenada”, la buena estrella sigue dándole la espalda a Rembrandt. Sin tener cuidado de guardar la dote de su difunta esposa, el pintor fue gastándola para mantener su tren de vida y para pagar las deudas de las colecciones artísticas que a diario adquiría; finalmente, en un momento desesperado, hace un préstamo para importar a Ámsterdam mercancías de las Indias Orientales, pero el navío naufraga, y el pintor entra en bancarrota. El historiador Simon Schama escribe:“ En la sociedad de la Holanda del siglo XVII, cualquier pecado, por atroz que fuera, podía ser perdonado, excepto las letras de cambio vencidas”.
De esta manera Rembrandt es dejado de lado por toda la sociedad, sus bienes son rematados a precios ridículos y los encargos desaparecen; sin embargo, de la mano de este gran artista abatido, mas no derrotado, surgirán obras maestras como La novia judía y el maravilloso aguafuerte Cristo curando a los enfermos, el famoso grabado de los 100 florines del cual, luego de muerto el artista, los traficantes cortaran la placa de cobre en ocho pedazos para hacer rendir sus ganancias. Con estas obras y las que produce en su último período, el gran pintor se sobrepone a la tragedia y nos da una lección de grandeza.