ISBN 0124-0854
N º 123 Julio de 2006
Por: Lucrecia Piedrahita Orrego
“ Rembrandt supo transfigurar lo que es feo en la vida por lo que es expresivo en el arte”…“¿ Cuándo en efecto, ha ocurrido que en una obra el artista o el crítico puedan establecer dónde acaba la técnica y dónde comienza el arte? Piensen tan sólo en la importancia que puede tener en pintura el llamado toque para los fines de la expresión. Piensen en el toque, no digo ya de un Greco, un Velásquez o un Rembrandt,— sino en el de un Manet o un Degas, o un Fattori y díganme cómo podíamos separar su arte de su técnica. Solamente quien ha conseguido saber leer y sentir lenguajes tan diferentes como
exquisitos y sutiles y gozar con ellos, puede darme la razón”.
M. Marangoni.
Bacon, el pintor inglés más importante del siglo XX, se detuvo en su pintura; Manet lo siguió para encontrarlo en el volumen de su pincelada; varios directores de cine han observado por horas su obra, su luz, sus atmósferas, sus claroscuros, para luego hacer caminar al espectador por los días y las noches de uno de los genios de la pintura