ISBN 0124-0854
N º 123 Julio de 2006
cafeteras, naranjas, flores de domingo provinciano, cebollas, peroles, cuchillos de cocina, platos de tosca cerámica, y unos rostros humanos cualesquiera, unos muros abstractos, unos tejados grises.
A su lado, la pintura que está allí parece excesiva y pretenciosa. Pero es la suya la que predomina. Vamos hacia ella impulsados, estimulados, seducidos por su alarde de economía y de simplicidad. Nuestro mundo, el mundo de las formas que creemos conocer, pasa, en la pintura de Cézanne, a una realidad mágica y auténtica, por él reinventada o recreada, donde aparecen descubiertos y modulados los valores que nuestra ceguedad
* Hernando Téllez.( Bogotá, 1908-1966). Columnista, ensayista, cuentista, traductor, crítico literario y diplomático. Autor de Cenizas para el viento y otras historias, Bagatelas, Diario, Confesión de parte, Espuma y nada más e Inquietud del mundo, entre otras. Publicó este comentario en su columna“ Márgenes” de la Revista Mito( vol. 6,( 36), Bogotá, mayo-junio de 1961). natural nos impide percibir. Bienaventurados los humildes porque ellos poseerán el mundo. Cézanne debió haber trabajado como obrero de la Creación, contratado por Dios, durante la famosa semana.