ISBN 0124-0854
N º 128 Diciembre de 2006
—¿ Una estufa es tan bella ? — preguntó el hombre de nieve . ¿ Es parecida a mí ?
—¡ Es todo lo contrario de lo que eres ! Es negra como carbón , tiene un largo cuello y un horno de cobre . Se alimenta de madera , y el fuego sale por su boca . Hay que permanecer a su lado , al frente o debajo de ella . Es un infinito placer . ¡ Desde donde estás , debes verla por la ventana !
Pero no me entendieron , y desde ese momento he estado encadenado y he perdido mi clara voz ; escucha mi ronquera : ¡ Guau ! ¡ Guau ! Ése fue el fin .
El hombre de nieve ya no escuchaba ; no dejaba de mirar el sótano del ama de llaves y su pieza , donde la estufa , apoyada en sus cuatro patas , parecía tan grande como el hombre de nieve mismo .
Y el hombre de nieve vio , en efecto , un objeto negro bien bruñido , con un horno de cobre ; el fuego resplandecía en su parte inferior . El hombre de nieve sintió una extraña impresión que no podía entender ; era un sentimiento que no conocía , pero que todos los hombres conocen , cuando no son hombres de nieve .
— Eso me estremece demasiado , — dijo el hombre de nieve . ¿ No entraré nunca allí ? Es un deseo inocente , y nuestros deseos inocentes deben ser satisfechos . Es mi mayor deseo , mi único deseo , y sería casi injusto no satisfacerlo . Es preciso que yo entre ; es preciso que me apoye en la estufa , aunque tenga que romper el cristal de la ventana .
—¿ Y por qué la has abandonado ? — preguntó el hombre de nieve . Pensaba que la estufa era un ser femenino . ¿ Cómo has podido abandonar semejante lugar ?
—¡ Nunca entrarás allí ! — dijo el perro encadenado , y si llegaras hasta la estufa , ¡ sería tu fin , tu fin ! ¡ Guau ! ¡ Guau !
— Fui obligado a hacerlo , — dijo el perro . Me echaron y me encadenaron . Había mordido en la pierna al joven que me había quitado el hueso que yo roía . ¡ Hueso por hueso !
— Pensándolo bien , ya estoy acabado , dijo el hombre de nieve ; creo que me parto en dos .