ISBN 0124-0854
N º 128 Diciembre de 2006 es el sol , y volverá mañana en la mañana , y te enseñará a correr por la zanja bajo el terraplén . Pronto cambiará el tiempo ; lo percibo en mi pata izquierda trasera , siento punzadas . El tiempo va a cambiar .
— No comprendo nada , pero siento que es desagradable lo que él dice . Ése que miraba con intensidad y que se ha ido , el sol , como él lo llama , no es mi amigo , según me parece .
—¡ Guau ! ¡ Guau ! Ladró el perro encadenado , giró tres veces y entró en su casa para echarse a dormir . cada rama . El sauce llorón temblaba al viento , estaba lleno de vida , como los árboles en verano . ¡ Era un esplendor sin igual ! Y cuando el sol brilló , qué resplandor , como si un polvo de diamantes hubiera sido esparcido sobre la Tierra ; en la capa de nieve brillaban grandes diamantes , o podría creerse que ardían numerosas lucecitas , más blancas aún que la nieve blanca .
—¡ Es un esplendor sin igual ! — dijo una muchacha que paseaba por el jardín con un joven y se detuvo , precisamente , cerca del hombre de nieve para observar los magníficos árboles . En verano no tenemos un espectáculo tan bello , — dijo la chica — y sus ojos resplandecían .
En efecto , el tiempo cambió . Una niebla espesa y húmeda se extendió en la mañana sobre toda la región ; al alba , hubo un poco de viento ; el aire era glacial ; la helada pasmaba , pero , ¡ qué espectáculo cuando el sol salió ! Todos los árboles y los arbustos estaban cubiertos de escarcha ; parecía una selva de corales blancos , todas las ramas parecían sobrecargadas de flores de una blancura maravillosa . La infinidad de delgadas ramitas , que la abundancia del follaje impedía ver durante el verano , era visible ahora ; era un encaje de tal blancura que un relámpago blanco parecía surgir de
— Ni un buen mozo como éste , — dijo el joven , señalando al hombre de nieve . — Es admirable .
La muchacha sonrió y saludó al muñeco con un movimiento de cabeza ; luego , bailó con su amigo sobre la nieve , que crujió como si caminaran sobre almidón .
—¿ Quiénes son esos dos ? — le preguntó el hombre de nieve al perro guardián ; tú eres