Agenda Cultural UdeA - Año 2006 DICIEMBRE | Page 11

ISBN 0124-0854
N º 128 Diciembre de 2006
— Ahora nuestra familia es adinerada. Podemos sosegarnos y tomar las cosas con calma. No hay necesidad de que sigas trabajando. Ma se quedó allí y les dijo a los dependientes de la tienda que rebajaran los precios, así que todas las flores se vendieron en pocos días. Luego hizo que Tao empacara y contrataron un barco para ir al norte. Cuando llegaron a la casa, Huang Hua tenía todo listo: habitaciones, cama, sofá, ropa de cama, como si supiera por anticipado de la llegada de su hermano.
Después de que Tao regresó, tan pronto como desempacó y realizó amplias reformas en el jardín, pasaba todo el tiempo jugando ajedrez y bebiendo con Ma. No hacía nuevas amistades. Cuando Ma se ofreció para encontrarle esposa, se negó. Así que su hermana le envió dos criadas para que lo acompañaran, y después de tres o cuatro años tuvo una hija.
A Tao le gustaba el vino, pero no emborracharse. Así que un día, cuando Ma recibió la visita de un amigo llamado Zeng, otro excelente bebedor, los instó a ambos a competir. Bebieron y se divirtieron, deleitándose con la mutua compañía. Bebieron desde las diez de la mañana hasta las dos del otro día, lapso en el que cada uno acabó cien vasijas de vino. Entonces Zeng, que estaba completamente borracho, se
durmió en la mesa del vino, mientras Tao regresaba a su cuarto. Conforme se tambaleaba, tropezó con una era de crisantemos, cayó, se rasgó las ropas y comenzó a echar raíces y a convertirse en un enorme crisantemo tan grande como una persona, con docenas de flores del tamaño de un puño. Completamente pasmado, Ma fue a contarle a Huang Hua, que vino a la carrera a desenterrar el crisantemo. Lo dejó sobre el suelo, mientras exclamaba:
—! Cómo te emborrachaste tanto! Luego cubrió la planta con algunos vestidos y le dijo a Ma que se fuera con ella y no mirara. En la mañana, cuando regresó, Ma encontró a Tao tirado cerca de la era de flores. El descubrimiento de que hermano y hermana eran espíritus de crisantemos no hizo más que afianzar el afecto y respeto que sentía por ambos.
Ahora que Tao se había delatado, bebía con mayor desafuero. Con frecuencia, le enviaba notas a Zeng para que lo visitara y los dos se convirtieron en amigos íntimos. En el festival de mediados de primavera conocido como el Natalicio de las Flores, 3 Zeng llegó con dos sirvientes que cargaban un garrafón de licor con una infusión de yerbas medicinales. Desafió a Tao para que lo acabaran en compañía. Cuando estaban a punto de terminar el garrafón— no parecía que se hubieran enfermado—, Ma, sin hacer ruido, lo