Agenda Cultural UdeA - Año 2005 SEPTIEMBRE | Page 12

ISBN 0124-0854
N º 114 Septiembre 2005 medio hacer , en un centro que movía grandes capitales , donde se configuraban las prácticas de comercio en todas sus variantes . Las ciénagas que rodeaban el sector fueron secadas y sobre ellas se construyeron sólidos edificios en los que se intensificó una creciente vitalidad comercial . La proliferación de actividades que se centralizó en Guayaquil , llevó a muchos a referirse al barrio como punto obligado de referencia y encuentro . En fin , se convirtió en un escenario complejo donde transcurría de forma integrada la historia comercial , industrial y humana de la ciudad , y los grandes problemas de desempleo , inseguridad y prostitución . Desde los veinte y aún hasta los sesenta , se empezó a hablar de una Medellín pujante , plena de negocios y oportunidades . Y todos lo creyeran . De todos los pueblos y latitudes llegaban personas a la ciudad , pero no a cualquier punto . Guayaquil se volvió el puerto seco donde se movía todo . El despertar de la ciudad estuvo entonces ligado al crecimiento de Guayaquil y a su constitución posterior en lo que muchos llamarían una ciudad dentro de otra . Allí el trabajo no faltaba , todos tenían algo que hacer con esa jornada extensa que impuso la plaza . Comenzaba al rayar el alba a las cuatro de la
mañana , y terminaba después de la puesta del sol a las siete de la noche . Desde entonces , los hospedajes de los hoteles y residencias del sector se hicieran famosos , en especial los ubicados en los edificios Carré y el Vásquez . El segundo piso de ambos contaba con dos hoteles a cada costado . Inmensos salones repletos de camas para quienes quisieran dormir en colectivos o habitaciones que tenían de una a cuatro camas . Eran los sitios para campesinos , comerciantes y transportadores . Cercanos al trabajo y baratos . Hostales decentes para pasar una noche y retornar al pueblo luego del trabajo . Héctor , administrador del más antiguo bar de Guayaquil , El Perro Negro , hoy clausurado , cuenta que los edificios eran muy frecuentados desde los cuarenta hasta los setenta " por lo baratos , porque ahí conseguían piezas en esa época a 500 pesos para pasar una noche y había lo que llaman colectivos que son piezas por noche de diez camitas donde pueden dormir 8 ó 10 personas , más barato porque no le alquilan sino la mera camita ". Los edificios eran pequeños ejes del desarrollo del barrio , que crecía también para la ciudad . Surgieron restaurantes , bares , prenderías . Era un lugar de encuentro y la vida nocturna de Guayaquil comenzó a ganar adeptos . Hicieron su historia entonces El