Agenda Cultural UdeA - Año 2005 NOVIEMBRE | Page 28

ISBN 0124-0854
N º 115 Noviembre 2005 ámbito varias épocas históricas . ( Aragon y Fuentes ya lo han intentado .) Pero no quiero profetizar sobre los futuros derroteros de la novela , de los que nada sé ; quiero decir únicamente : si la novela debe realmente desaparecer , no es porque esté completamente agotada , sino porque se encuentra en un mundo que ya no es el suyo . IX . La unificación de la historia del planeta , ese sueño humanista que Dios con maldad ha permitido que se llevara a cabo , va acompañada de un vertiginoso proceso de reducción . Es cierto que las termitas de la reducción carcomen la vida humana desde siempre : incluso el más acendrado amor acaba por reducirse a un esqueleto de recuerdos endebles . Pero el carácter de la sociedad moderna refuerza monstruosamente esta maldición : la vida del hombre se reduce a su función social ; la historia de un pueblo , a algunos acontecimientos que , a su vez , se ven reducidos a una interpretación tendenciosa ; la vida social se reduce a la lucha política y ésta a la confrontación de dos únicas grandes potencias planetarias . El hombre se encuentra en un auténtico torbellino de la reducción donde el « mundo de la vida » del que hablaba Husserl se oscurece fatalmente y en el cual el ser cae en el olvido . Por tanto , si la razón de ser de la novela es la de mantener el « mundo de la vida » permanentemente
iluminado y la de protegernos contra « el olvido del ser », ¿ la existencia de la novela no es hoy más necesaria que nunca ? Sí , eso me parece . Pero , desgraciadamente , también afectan a la novela las termitas de la reducción que no sólo reducen el sentido del mundo , sino también el sentido de las obras . La novela ( como toda la cultura ) se encuentra cada vez más en manos de los medios de comunicación ; éstos , en tanto que agentes de la unificación de la historia planetaria , amplían y canalizan el proceso de reducción ; distribuyen en el mundo entero las mismas simplificaciones y clichés que pueden ser aceptados por la mayoría , por todos , por la humanidad entera . Y poco importa que en sus diferentes órganos se manifiesten los diversos intereses políticos . Detrás de esta diferencia reina un espíritu común . Basta con hojear los periódicos políticos norteamericanos o europeos , tanto los de la izquierda como los de la derecha , del Time al Spiegel todos tienen la misma visión de la vida que se refleja en el mismo orden según el cual se compone su sumario , en las mismas secciones , las mismas formas periodísticas , en el mismo vocabulario y el mismo estilo , en los mismos gustos artísticos y en la misma jerarquía de lo que consideran importante y lo que juzgan insignificante . Este espíritu común de los medios de comunicación disimulado tras su diversidad política , es el espíritu de nuestro tiempo . Este espíritu me