Agenda Cultural UdeA - Año 2005 MAYO | Page 19

ISBN 0124-0854
N º 110 Mayo 2005 papel de la filosofía. Es importante en un mundo cada vez más disperso: la filosofía puede tener una función mental tonificante. Puede tenerla o no, depende de cómo se enseñe. Primero, ¿ qué se va a enseñar como filosofía? La idea de que la filosofía produce efectos taumatúrgicos en el ser humano y convierte a cada uno en un ser crítico, no se corresponde con la realidad. Me he movido toda mi vida delante de profesores y alumnos de filosofía, y rara vez he encontrado seres dotados de esta maravillosa autonomía y capacidad intelectual. Esta idea de que la filosofía, acercarse a ella, dota de unas aptitudes críticas, no es verdad. Lo primero es ver qué se va a dar en filosofía, qué papel puede tener ésta en un mundo donde, cuando queremos saber algo, acudimos a la ciencia. Una vez respondida científicamente una pregunta, no tenemos que volver a planteárnosla, queda zanjada con las soluciones, completas o incompletas, que da la ciencia. Pero hay preguntas que no se pueden cancelar, como qué es la libertad, o qué es la belleza o la muerte, o la verdad. No hay una respuesta definitiva, sino respuestas que nos permiten convivir con esas preguntas. La filosofía no cierra ninguna pregunta, al contrario, la respuesta filosófica acompaña a la pregunta. La historia de la filosofía es la historia de las preguntas y de las respuestas que las acompañan y que pueden continuar y ayudarnos a convivir con esas preguntas. Son temas que tienen tal cantidad de registros que atañen al fondo de nuestra cognición humana
con tal fuerza, que cancelarlas seria cancelarnos, cerrar nuestra propia humanidad, nuestra capacidad de sentir y convivir. La filosofía no nos hace olvidar las preguntas, nos las recuerda, mientras que la ciencia pretende ir dejando atrás una serie de preguntas de modo que podamos ir hacia otras. Ésa es su función diferente: la filosofía mantiene abiertas unas preguntas por donde nos entra nuestra propia humanidad y esas preguntas son como ventanas que dan el oxígeno a nuestra humanidad. Mantenerlas abiertas es importante, pero no como en un pasmo vacío, sino intentando respuestas tentativas, que sabemos que siempre son circunstanciales, limitadas por nuestra situación, condición histórica o personalidad, porque la filosofía trata de hacer extensivo el punto de vista del individuo y el de la objetividad. Lo difícil del juego filosófico es que intenta alcanzar una objetividad que no pierde de vista el sentido subjetivo que tiene, mientras que la ciencia busca un planteamiento meramente objetivo en el cual la subjetividad del científico no cuenta. Es importante señalar esta dimensión que está en todos. No es cierto que todo el mundo sea filósofo-aunque los niños son espontáneamente metafísicos y hacen preguntas metafísicas espontáneas que tratamos de quitarles de ia cabeza regañándolesya que la filosofía tiene una dimensión de estudio. Como disciplina académica está bien conocer las opiniones, las tradiciones, el mecanismo de debate. Pero la