Agenda Cultural UdeA - Año 2005 MARZO | Page 21

ISBN 0124-0854
N º 108 Marzo 2005 el tiempo de su uso horario varios otros tiempos correspondientes a otros usos horarios diferentes? Más que un coninuum, una simultaneidad. El tiempo es la posibilidad de poner en presencia cosas aquí y ahora más que de ponerlas en sucesión y a la espera unas detrás de otras. Esta nueva percepción y esta nueva realidad de espacio y tiempo permite des-localizar cosas y trans-Iocalizarlas, y es por ello que se habla de deslocalizacióny translocalización. Esto tiene su impacto en nuestra relación con lo local, que comprende nuestra economía, forma de vivir, gustos, cultura, costumbres. Nos sentimos como si nos hubieran invadido imponiéndonos una nueva forma de vida y lo nuestro debiera ser relegado al olvido como inservible y carente de valor. Esto es quizás lo que más exaspera a los intelectuales locales. Antes, desde nuestra identidad local con gusto, a la distancia y con tiempo, íbamos descubriendo la cultura propia y de los demás, las íbamos asimilando y nos relacionábamos con ellas. Ahora sentimos que, sin tiempo ni espacio de por medio, se nos impone, sin posibilidad de preservar lo nuestro, porque bajo el pretexto de que no es global no nse valora. Sin embargo, estoy de acuerdo con Ulrich Beck en que la transformación más importante es la superación de
la unidad que nos creamos entre sociedad y Estado y que ésta es la que más nos duele porque son otras muchas unidades sentidas y también creadas las que se van con ella. Se trata de una unidad muy reciente. Apenas en el siglo XIX, en buena parte con el romanticismo, hicimos coincidir sociedadnación-Estado, porque así convino a la historicidad de entonces, por no decir al capitalismo imperialista. Pero la unión tuvo tal éxito que ahora nos duele culturalmente su ruptura. Sobre esa unidad vivimos la modernidad, construimos nuestra economía, sociedad, valores, cultura, identidad, proyecto, destino y utopías. Esa unidad ha sido el contenedor de lo que hemos sido. Y ahora resulta que la globalización, a veces como un ariete romano y otras como una espada láser, golpea nuestra unidad y amenaza con romperla, expuestosa ser enguilidos por una fuerza arrolladora que percibimos como