Agenda Cultural UdeA - Año 2005 JUNIO | Page 9

ISBN 0124-0854
N º 111 Junio 2005 acorde a las convenciones del caso y anac 6 ticipa el movimiento en un signo sutil que le transmite a la mujer, sin palabras. Ella está atenta a la marca, su cuerpo sensibilizado para responder a lo que el varón sugiere, y juntos crean la coreografía de la danza. Cada vez, uno por uno ". El espacio de los cuerpos se sostiene en ciertas reglas: en desacuerdo con Pujol quien escribe "". lIega el momento más difícil, el del corte. El varón hace una parada y mantiene el equilibrio con las piernas medio flexionadas. El siguiente movimiento es muy comprometedor: el hombre empuja el cuerpo de la mujer sobre el suyo, frotando con sus genitales a su compañera. En otro momento de la pieza el compadrito le quiebra el camino a la mujer. No la deja pasar, la retiene, juega con su voluntad, le marca una cosa pero hace otra ". Como se está refiriendo al baile a comienzos del siglo XX, supongo que habrá leído crónicas del momento que permiten pensarlo así. Pero el tango no se caracteriza por un roce o frotamiento de los genitales. Es más, ni siquiera el movimiento de caderas forma parte de su estética. Las piernas salen como flechas y la cadera se queda quieta. Sólo en algunos tangos picaditos o alguna milonguita se permite algún zarandeo, sin exagerar. Los movimientos pélvicos nacen con el rock. I Hay un término que delimita el espacio de la pareja: in tención. Las miradas, el roce de las piernas, el desaire de la mujer, la fuero za del macho sólo tienen lugar
si se manifiestan en las figuras de la danza como intención. Lo que se observa es el Uno, cómo dos cuerpos pueden conjugarse, acompasarse, acompañarse y crear juntos. No obstante, el goce es heterogéneo. Cada bailarín goza de la danza a su manera y los dos partenaires encuentran, en virtud de su posición sexuada, su modo de acceso particular. Es interesante, una vez concluida la pieza, escuchar los comentarios, allí cuando la palabra toma su lugar. Los hombres se quejan de las mujeres que no se dejan llevar, que hacen lo que quieren, que no los siguen, que les indf can con el cuerpo que no quieren lo que ellos les proponen. Las mujeres se quejan de que el tipo no baila como a ellas les gusta, no sabe marcar( es la ~"'\ queja generalizada ya que el varón debe saber ], que las a prieta y
no las deja mover. El espacio entre los cuerpos es necesario para crear las figuras. Si bien hay momentos en que se baila apilado, de