ISBN 0124-0854
N º 111 Junio 2005 guarida, refugio de ayer? 1 Borró el asfalto de una manotada Ila vieja barriada que me vio nacer...( Mejía V: 1979, 38). Es precisamente el tango el que le da a la narración un gran dinamismo. Es parte de la historia y de la realidad reflejada en la novela, es el estilo original del autor. En algunos momentos la lectura se vuelve difícil por tantas letras de tangos; pero en realidad las letras son ese factor dinámico y, si prescindiéramos de ellas, la historia quedaría inconclusa y casi incomprensible. El tango también está entrelazado en la obra con la ideología, el habla, los hábitos y los valores de la cultura antioqueña. Pero el tango en general y sobre todo en Antioquia, fuera de la novela, " es todavía, más un objeto de pasión y de senti • miento, de adhesión irracional( como sucede, por otra parte, con casi toda la cultura de masas), que un objeto de análisis reflexivo "( Corbatta, 2000, 548). El tango es la expresión del ser marginal, nostálgico por un pasado idealizado, la experiencia de pérdida en la que el barrio, la madre, la mujer querida, todo se va, y fina ~ mente el hombre queda solo ante sí mismo: El tango es un arte del hombre que llega de regreso, que vuelve y ya no puede ser el mismo de antes...( 1979,' 90). ¡ y el tango, mi escondedero! Claro, lairo era joven y lo entendió, pero el tango es cosa de hombres maduros o que se maduraron a golpes. El tango es cosa de hombres golpiaos, como yo( 225). y para poder crear el mito, el tango tenía que estar presente en la muerte en la de Gardel, en la de Jairo. En el último concierto
de Gardel en Medellín, y el último en su vida, el 23 de junio de 1935; el último tango que cantó fue Tomo Y obligo. y dice en su discurso de despedida: " No sé si volveré, porque el hombre propone y Dios dispone. Pero es tal el encanto de esta tierra que me recibió y me despide como si fuera hijo propio, que no puedo decir adiós, sino hasta siempre "( Mejía V: 1979, 157). En el momento de la muerte de. Jairo, Gardel seguía sonando en la radiola, " sus tangos fue lo último que oyó "( 1979, 249). Ernesto Arango, su asesino, reflexiona: " Entiendo ahora que es la música de la saledá, pero nadie está solo si aprendió a oír tangos "( 247). Y mete en el piano la última moneda " que Gardel cante mi última canción, Sentir que es un soplo la vida... "( 250).
Ernesto Arango y el tango
Ernesto es el fiel retrato del antioqueño, del paisa: tiene esa facilidad de palabra y convencimiento, tiene adicción por la bebida, y es exagerado y mentiroso. Él es lo que se llama en Antioquia un " goterero " o " colladar ": es el que no tiene con qué beber pero tiene qué contar. Es el mejor amigo de Jairo y quien, a través de su relato, sus evocaciones, sus historias y los tangos, eleva a su héroe, a " su hombre ", hasta convertirlo en mito, tan grande para Medellín como lo es Gardel para el mundo. Nació el día que allí en el aeropuerto se tostó Carlos Gardel, como si quisiera asomarse a ver el choque. Tal vez