Agenda Cultural UdeA - Año 2005 JULIO | Page 22

ISBN 0124-0854
N º 112 Julio 2005 restringido a la afirmación de los lím ~ tes de una identidad étnica. La simbología negra y la memoria africana son fuertemente reiterativas, ciertamente, y ofrecen una fuente perenne de elementos creadores de los movimientos negros. El negro no es, sin embargo, para los fieles, el color identifica dar de la esencia de su religión. Oxum es amarillo oro; Oxossi, verde de las florestas; Yemanjá, azul marino; Xang6, rojo y blanco, y así se continúa con los colores del arco iris. El énfasis ritual no está puesto en la historia de la destribalización, del tráfico, de la tremenda travesía oceánica ni de la violencia desarraigadora en los trabajos esclavos. Los ritos y mitos del Candomblé poco hablan de historia. Lo que se valora es la presencia de los orixás en los espacios sagrados, así como su influencia en la mente y en el comportamiento de las personas. El Candomblé dramatiza relaciones de una dimensión cósmica, que tienen lugar en un tiempo mítico, que comprende la vida como la conocemos. Esta apertura mítica, combinada con la dinámica sincrética del catolicismo en Brasil, llevó a que las verdades del Candomblé fuesen percibidas como tales y apreciadas por un vasto contingente de brasileños, fuesen negros, mulatos o blancos. El Candomblé siempre ha estado condenado por la Iglesia, pero el ministerio clerical nunca tuvo gran penetración entre la masa de fieles. Fue perseguido por el Estado y con violencia, aún en el período de Getulio Vargas, pero los policías que invadían los locales eran, ellos
mismos, con frecuencia, temerosos frecuentadores de los mismos. La persecución disminuyó a partir de los años cincuenta, y dio mayor libertad para la
multiplicación de las casas de culto y para su frecuentación. Algunos movimientos culturales pasaron a ennoblecerlo en la literatura, en la música, en el cine y en la televisión, confiriéndole un brillo que es atrayente hasta inclusive para las élites. Su influencia sobre la Umbanda, movimiento nuevo y en expansión, llevó a los orixás a ser objetos de culto en círculos más amplios,