ISBN 0124-0854
N º 112 Julio 2005
Al igual que ocurre con otras piezas del rompecabezas amazónico , la ecología de la región es objeto de muchas generalizaciones y de un relativamente escaso conocimiento científico . Es cierto que la cubierta vegetal de la subregión amazónica ejerce un efecto local moderador del clima y que ( al igual que todas las plantas ) produce grandes cantidades de oxígeno y absorbe anhídrido carbónico de la atmósfera . No obstante , al contrario de lo que se suele creer , aunque no se alterase la selva amazónica , ésta quedaría en equilibrio , con pocas posibilidades de contrarrestar el efecto invernadero atribuible a la quema de combustibles fósiles . Por otra parte , si
prosigue la deforestación practicada mediante
quemas , se liberan grandes cantidades de anhídrido carbónico que pasan a la atmósfera . Hasta hace poco tiempo se solía creer que la Amazonia ofrece fabulosas oportunidades de desarrollo agrícola si se convierte la superficie forestal en pastizales y plantaciones siguiendo técnicas de éxito probado en otras regiones . No obstante , la fertilidad de los suelos amazónicos es más mito que realidad . Aunque , en efecto , la considerable variedad biológica incluye zonas en que la tierra es apropiada para una agricultura y una ganadería sostenibles , ésas son excepción más bien que regla . En su mayor parte los suelos amazónicos son de mala calidad y se degradan con facilidad . Según investigaciones realizadas en varias partes de la cuenca del Amazonas , aproximadamente el 94 % de su superficie no es apropiada para una agricultura normal debido a la escasa fertilidad del suelo , a un elevado contenido de tóxicos alumínicos o a su escasa profundidad . Además , al igual que en otros muchos ambientes de selva