ISBN 0124-0854
N º 101 Julio 2004 años de los 90, cuando el sector vivió un crecimiento espectacular, al punto que se convirtió en uno de los más grandes de América Latina. Fue tan impresionante el crecimiento que en 1994 se imprimieron más de 42 millones de ejemplares y se publicaron casi 6.000 títulos: en ese entonces el mercado interno facturó 165 millones de dólares, y el valor de las exportaciones fue de 85 millones de dólares. En los últimos años, sin embargo, la industria editorial ha sufrido una fuerte caída. Esto resulta paradójico teniendo en cuenta que cada vez hay más oferta y más interés por la lectura. La explicación que da el estudio consiste en que la venta de libros depende de dos factores complicados: la educación y el ingreso. Esto causó una fuerte disminución del número de editoras. En 2001, el consumo de libros editados en Colombia fue de 340 millones de pesos y el total de importaciones, de 250 millones. Los libros más solicitados fueron los didácticos y los de superación personal. En cambio, la venta de libros de ficción y de literatura( poesía y ensayo) bajó: mientras en 1994 se vendieron 15 millones de ejemplares, en 2000 se vendieron menos
de siete música maestro millones. Claro que este mercado tiene pequeños auges debido a la publicación de autores reconocidos que tienen una demanda asegurada. Es el caso de los llamados best sellers, como ha ocurrido en estas semanas con El código Da Vinci. El estudio concluye que si bien es difícil que la demanda interna de libros se reactive, el panorama para la industria editorial es positivo porque ha logrado entrar exitosamente en los mercados externos. La competitividad de las editoriales e imprentas nacionales, en calidad y precio, les per mite ser un fuerte competidor en la región. El 82 por ciento de las exportaciones son a países de habla hispana. entre los que México es el principal comprador, seguido de Venezuela. Ecuador, Brasil y Estados Unidos. Música Tan radical como el paso de los viejos discos de vinilo a los discos compactos ha sido la transformación de la industria musical colombiana. La investigación del Convenio Andrés Bello encontró dos hechos que en los