ISBN 0124-0854
N º 106 Diciembre 2004 que se dispersaron en todas direcciones. Siguió un período de cierta confusión, provocada por la propia efervescencia descubridora. A Belalcázar lo sacó de Quito la atracción de las riquezas de las tierras transandinas, en este caso de la comarca del Cacique Bogotá. La misma historia se repitió poco después, aunque la entrada tuvo objetivo diferente. Cuando llegó a Quito para hacerse cargo de la ciudad abandonada por Belalcázar, Gonzalo Pizarra se vio desbordado por el entusiasmo canelero. No faltaba quien decía que desde la villa de Timaná a la provincia del Dorado, que se encontraba al parecer en la línea equinoccial, no había sino unas 36 leguas de camino. En suma, tanto hablaban dentro y fuera de Quito, indios y españoles, de la provincia " de la Canela y laguna del Dorado " que en el fatidico 1541 Pizarra se decidió a ir en su busca, con más de 500 hombres de a pie y de a caballo y un verdadero enjambre de indios. Ya a siete ásperas montañas [ el puerto dellnga, de tres leguas de nieve muy pelgrasas), por las que se abrieron paso con esfuerzo durante unas 60 leguas hasta llegar a la provincia de Zumaco, donde se tenía noticia de que había una gran población. Pasó Pizarra a continuación con 80 soldados de a pie y sin caballo alguno a la tierra de la Canela [ en términos de Ávila), de la que envió muestra el rey, aún sin abrigar ilusiones sobre su posible explotación en el futuro. De allí salió Acapúa y después Aguema, donde encontraron sabanas de dos leguas de largo y un cuarto de ancho. Como el Cacique les informo de que la " buena tierra " se encontraba todavía más abajo, Pizarra envío en avanzada a su maestre de campo, que al cabo de 15 días volvió con la nueva de haber encontrado un río muy grande [ el Coca), por cuyas aguas andaban en canoas indios " vestidos y bien tratados ". A esta provincia, llamada Omagua, se dirigió todo el real. Vista la belcasi dad de los indios, se apoderó Pizarra de 15 canoas y además construyó un bergantin para
leguas de Quito comenzó ac 6 la escalada de ampararlas, con intención de salir por el río a