ISBN 0124-0854
N º 106 Diciembre 2004 prestigio de Belalcázar con un golpe de efecto. Así, en el reparto de entradas, Francisco Pizarro encargó el descubrimiento de la Canela al capitán Gonzalo Díaz de Pineda, que con esta bandera logró alistar un ejército de 120 españoles, entre ellos 45 de a caballo, 30 ballesteros y 10 arcabuceros. La salida tuvo lugar a principios de diciembre de 153B. A 15 leguas de Quito entró Díaz en las montañas colindantes a la provincia de Atunquijo, librando algunos combates en los que salió victorioso de los aguerridos naturales, y se abrió paso trabajosamente hasta la provincia de Cozanga, donde asentó el real. Dejando allí los caballos y la mitad de su gente, realizó con 60 españoles una incursión que duró 27 días, en la que llegó a las orivubcuas de Cybñu y de Guarozta, encontrando un gran volcán( el de Zumaco 1 a cuyo pie se extendía una población de más de 15.000 indios, cuyo cacique, según le informaron algunos prisioneros, era el que señoreaba la tierra de la Canela; pero más adelante se encontraba el señor de Atunique, todavía más principal, al que rendían tributo numerosos indios. Desde allí regresó por otro camino aún más escarpado que el de la ida al campamento, donde les sobrevino el invierno. Vuelto a Quito a finales de febrero de 1539, Díaz salió en julio siguiente a poblar a Pasto, siempre con la mirada puesta en los Quijos; pero llegó nueva de que Pizarra había encomendado al capitán Jiménez la jornada de la canela, según decía entre otros Antonio de Rojas. Esta noticia descaudilló a sus hombres,