ISBN 0124-0854
N º 98 Abril 2004 tenido en el proceso de adaptación es que uno no puede adaptar un cuento o un texto literario basándose en un texto original, sino que se debe crear un segundo texto de asociaciones y a partir de ese, sacar el tercer texto que ya es propiamente la adaptación. Las novelas en general y todos los textos literarios artísticos son, a la manera de los sueños, una síntesis de una cantidad de elementos que de pronto confluyen en el texto. Cuando uno lo lee, a la manera de los sueños también, inmediatamente cada elemento del sueño, o de la novela, o del poema, o del cuento, es siempre un elemento que es síntesis, es un elemento compuesto. Entonces el adaptador, igual que el traductor, tiene que devolver la madeja hasta saber de dónde salió esa síntesis o ese símbolo. O sea, que en el caso de Carlos Mayolo, esa casa, esa mansión de Araucaíma no es una casa realista, es una casa donde confluyen una cantidad de personajes todos tan distintos, desde un cura, un aviador, una puta, hasta el dueño de la mansión. Todos esos personajes no son realistas, son fruto de un compendio de elementos que de pronto se sintetizan felizmente en la novela. El adaptador tiene entonces que buscar de dónde salió esa casa. No puede mostrarla tal como está en la novela, porque el espectador se va a encontrar frente a una cantidad de símbolos que puede o no entender y que no están relacionados en un todo en general o unos con otros, sino que están puestos allí a la manera de elementos ilustrados. Lo que se debe hacer, en mi opinión, ante un reto y ante un
problema como adaptar La mansión de Araucaima es tratar de devolverse en el proceso creativo del escritor para tratar de saber qué casas, qué simbiosis de casas, qué elementos hicieron esa casasímbolo. La adaptación debe buscar trabajar sobre esa nube de asociaciones que produce la lectura del texto original y no sobre ese texto. Cuando el espectador ve la película percibe un texto distinto al primero. Es un texto muchas veces hecho de licencias, de infidelidades, de deslealtades al texto original, pero que han sido obligadas para que igualmente el texto produzca la misma asociación, la misma nube de asociaciones y significados del original. Se debe pasar de un lenguaje a otro y esto obliga a un cambio; claro que ese nuevo lenguaje hay que enriquecerlo para tratar de suscitar el mismo sentido del texto primero. En el fondo hay que ser infiel, cambiar los elementos, hacer rodeos, trazar otros caminos; hay que escribir otro argumento para acceder al mismo espíritu que anima al texto original. Esa es la experiencia mía sobre la adaptación. Aunque no es nueva la idea, considero que cuando la película es superior al libro es porque se trata de obras que tienen una limitada potencia de asociación. Un libro muy complejo suscita tal cantidad de asociaciones en el lector que es muy difícil que una película, limitada a unos términos de duración de hora y media o dos horas y otros aspectos como el lenguaje, logre apresar esas significaciones. Muchas veces las mejores adaptaciones se hacen sobre libros que tienen un poder limitado de asociación, o