ISBN 0124-0854
N º 98 Abril 2004
Que pase el aserrador
La brillante traición
Por Luis Alberto Álvarez
' Traduttore, traditore "( traductor, traidor), reza esa suerte de apotegma que circula como moneda corriente en el mundo de las traducciones literarias, injustas muchas, pero necesarias todas. Ocurre un poco lo mismo en el campo de la cinematografía, cuando ésta acude a los argumentos ya hechos de la literatura. Buenas versiones, malas versiones. La peor, parece ser ya un consenso generalizado, es la versión literal. Un supuesto respeto por el original da como resultado la pérdida de la esencia, tal vez de la poesía. Además, si no se ha de inventar nada, ¿ por qué no dejar las cosas como estaban, y no tocar una obra que, en su originalidad, valía por sí misma? Esto, referido al cine, es lo que sostiene Luis Alberto Álvarez obras literarias. Facilistas, cuando son sólo la sombra de lo escrito y no arriesgan carnadura ni alma. Este comentario de una obra ya lejana de Víctor Gaviria basada en un cuento que por alguna razón podríamos llamar del canon del cuento antioqueño, muestra el talante, agudo y certero, que comportaba el sacerdote y crítico de cine fallecido en 1996 y cuya obra escrita se encuentra recopilada, en buena medida, en las valiosas Páginas de cine de la Universidad de Antioquia. La nota de Álvarez tiene el valor adicional de comportar, en 1985, un augurio que hoy en día es una realidad: Víctor Gaviria se ha convertido, quizás, en el realizador cinematográfico más importante del país respecto a las adaptaciones que el celuloide hace de