ISBN 0124-0854
N º 94 Noviembre 2003 serie de modalidades, gestos, actitudes y esquemas de pensamiento propios del esclavismo que no se encuentran presentes en sociedades donde dicho sistema de explotación careció de vigencia. Al hablar de contracultura entendemos todas aquellas formas de expresión de la masa esclavizada, resultantes de la violencia sistemática. AS, ' los que pudiéramos llamar aportes culturales africanos a América Latina y al Caribe ", dice con razón Moreno Fraginals, son las resultantes de una cruenta lucha de clases, de un complejo proceso de trasculturación, desculturación como herramienta de hegemonía, y la clase dominada se refugia en su cultura como recurso de identidad y supervivencia. La contracultura, por tanto, alcanzará diversos niveles: desde las manifestaciones religiosas y culturales en general, hasta aquellas expresiones políticas y militares que llevaron, en los diversos infiernos esclavistas, al cuestionamiento del sistema imperante. Como dice Depestre: " La historia sociocultural de las masas sojuzgadas del hemisferio occidental es de modo global la historia del cimarronaje ideológico que les permitió no ya reinterpretar la Europa de la espada, la cruz y el látigo a través de no se sabe qué inmutable mentalidad africana, sino dar muestras de heroica creatividad a fin de poder reelaborar dolorosamente nuevos modos de sentir, pensar y actuar." Las manifestaciones religiosas han sido hasta el
momento las más estudiadas, viendo en ellas la implantación espiritual del carácter de rebeldía que se le asigna a la contracultura. Depestre señala: " El negro de América Latina y del Caribe retiene o recrea elementos culturales de origen africano para defenderse u oponerse al dominio ejercido por el blanco. En este sentido, la religión negra, sincrética o no, es una especie de catacumba espiritual de la que el negro se evade, se esconde, resiste o articula alguna lucha contra la supremacía del blanco." Así, la religión, los cultos a ciertas divinidades africanas, los ritos y prácticas colectivas de
los esclavos deben ser vistos como elementos superestructurales, dirigidos a esta contra cultura, y no como meras transposiciones o supervivencias ancestrales. " Las exigencias concretas de la lucha contra la esclavitud y la colonización condujeron a los esclavos a la búsqueda obstinada de un nuevo equilibrio psicológico y cultural. El cimarronaje de los valores dominantes les permitió la reelaboración de las despedazadas tradiciones africanas. Gracias a la facultad de