Agenda Cultural UdeA - Año 2003 NOVIEMBRE | Page 6

ISBN 0124-0854
N º 94 Noviembre 2003 mundo del amo. Este fenómeno se vio agudizado ahí donde los efectos del capitalismo mercantil se manifestaban con mayor violencia, en las islas británicas y francesas. Eric Williams nos dice: " En general, los colonos británicos se oponían a que sus esclavos fuesen convertidos al cristianismo. Esto los hacía más perversos e intratables y por tanto menos valiosos. Ello significaba también la instrucción del idioma inglés, lo cual permitía que las diversas tribus se unieran y tramaran la sedición." El binomio plantación-esclavitud creará sus propias relaciones sociales, su propia cultura; de hecho, una contra cultura, instrumento de auto defensa y perpetuación. " En la esclavitud-recalca lanni- el esclavo es alienado en el producto de su trabajo y en su persona. Y es en esa condición donde él reelabora o recrea elementos de la cultura africana, en combinación con la cultura de su propia condición esclava. En ese contexto, religión, magia, música, folklore e idioma se convierten en la expresión de un empeño de garantizar un universo sociocultural restringido, en el cual el esclavo se refugia, expresa, afirma y resiste a la cultura de la esclavización." Las primeras expresiones de esta contracultura son simples supervivencias de un bagaje cultural traído de África, ya que éste fue, en gran medida, roto y reelaborado por la esclavitud. Pero, poco a poco, se fueron creando respuestas más completas al
sistema de dominación, que se plasmaron en actividades religiosas y culturales. Un nuevo mundo cultural se recreaba sin cesar. Bastide subraya cómo las manifestaciones culturales propiamente africanas sólo lograrán persistir entre los grupos denominados " cimarrones bosales ", entendiendo por tales a los negros que, recién traídos del África, lograron huir a los montes antes de ser incorporados al sistema de plantación. Sin embargo, dada la heterogeneidad étnica de los distintos grupos, resultaba imposible continuar las tradiciones africanas o recrear las instituciones ancestrales, ya que sus participantes se veían obligados a adaptarse a un ambiente distinto así como a descubrir otros modos de subsistencia o de organización. Se trata, sin duda, de nuevas civilizaciones negras, no verdaderamente africanas. Aun cuando la incorporación de los trasplantados a la sociedad colonial y al sistema esclavista tuvo como efecto el " creolizarlos ", la presencia de África, como realidad antropológica y cultural, no dejó de constituir un componente del hombre y de la sociedad antillanos. Por lo tanto, las reminiscencias, aportaciones, recreaciones e inspiraciones africanas empezaron a latir como otros tantos elementos de una cultura oprimida, buscando una brecha para poder florecer y expandirse. Por otra parte, las condiciones materiales de la explotación del esclavo lo permeabilizaron conformando una