ISBN 0124-0854
N º 94 Noviembre 2003 esperaba al final del flamante túnel de papel, aparecido en lo que fuimos y vinimos, y custodiado por empapelados policías? Nos esperaba el sol implacable del verano, una piscina muy transparente cubierta de barquitos... de papel, y un glorioso himno caribeño: A todo volumen, Juan Luis Guerra y Ojalá que llueva café, que fue cantada, bailada, jugada y actuada, bajo el sol implacable, por hombres, niños, mujeres, ancianos, artistas, cocineros y policías, hasta que la utopía quedó fijada en la memoria como una recompensa para los que se atreven a jugar. El teatro caribeño pudiera ser este haz de conductas de resistencia y libertad orientadas a la utopía que he tratado de describirles. Pero no mitifiquemos al Caribe. Somos vulnerables a la asimilación; estamos fragmentados e insuficientemente comunicados, más allá de nuestro deseo. Dice sin embargo nuestro teatro que tenemos " musiquita por dentro ", que tenemos tendencia al paraíso, que sabemos invocar " poderes " y que jugamos, corriendo el riesgo del caos pero apostando a la transformación. Un teatro con estos atributos no tiene otra opción que funcionar como un taller para la utopía.
NOTAS( 1) Esta es una idea que desarrolla Fredric Jameson en The Ideologies ofTheory: Essays 1971 • 1986, vol. 2, Univ. of Minnesotta, 1988, pp. 75 • 101.( 21 Cintio Vitier: ' Martí en el desafío de los 90 ", La Gaceta de Cuba, sept-octubre 1992, pp. 19 • 21.( 31 Wieslaw Godzic: ' Algunas observaciones sobre la ' comunicación esópica ' en el cine ", Criterios, no. 29, enero-jmio 1991, pp. 93-102.( 4) Reynaldo Disla: ' Teatro dominicano en cuatro tiempos ', Conjunto, no. 94, julio-sept. 1993, p. 104 • 105.( 5) Richard Schechner: The Future of Ritual, Routledge Ed., London-New York, 1993, p. 262. Tomado de: www. magarte. com / ensayos / actuaciones _ utopicas. html